El nuevo Gobernador de Chihuahua, Javier Corral Jurado, señaló este viernes que su administración no promoverá los organismos genéticamente modificados, según consignan medios locales, luego de que Greenpeace manifestara su preocupación por la incorporación en el gabinete de Rubén Chávez Villagrán, uno de los principales promotores de la siembra de transgénicos en el país.
Sin duda, estas declaraciones son una buena noticia no solo para Chihuahua, sino para México, centro de origen del maíz y uno de los reservorios de estas semillas más importantes del planeta.
Esperamos que estas declaraciones se mantengan con hechos a lo largo de su administración y no quede solo en las declaraciones de un Gobernador entrante que intenta mantener una imagen pública aceptable.
¿Qué significa que Corral diga no a los transgénicos? En primer lugar, que las 23 variedades nativas de maíz y el teocintle que se han detectado en Chihuahua, están a salvo -por ahora- de ser contaminadas por semillas transgénicas.
Con su rechazo público a los organismos genéticamente modificados, Corral también da un revés a la industria de la biotecnología que por años ha tenido en la mira a Chihuahua para introducir semillas genéticamente modificadas.
La reciente fusión de Bayer-Monsanto encendieron las alertas de un nuevo intento por impulsar la aprobación de siembras de soya y maíz transgénicos en México, detenidas actualmente por orden del poder judicial, gracias a recursos legales interpuestos por campesinos, agricultores, sociedad civil, comunidades indígenas e investigadores.
El “no a los transgénicos” pronunciado por Javier Corral es también una esperanza de que en Chihuahua el modelo de agroindustrial que posee, cambie hacia una agricultura ecológica, sostenible a largo plazo, libre de agrotóxicos y transgénicos, que mantenga suelos sanos y proteja la biodiversidad, garantice la soberanía alimentaria, y provea de medios de vida rurales justos y dignos en el estado.