martes, 3 de marzo de 2015

Causa la SEP daño irreversible a los mexicanos.


¿Qué sucedería si una escuela de medicina, para reducir sus índices de reprobación, certificara a sus estudiantes sin haber adquirido los conocimientos necesarios? Sería un escándalo. Por desgracia, ésta es la realidad con la educación de México. Soy docente desde hace 22 años en el sistema público en secundaria y veo cada vez con mayor preocupación y angustia el enorme daño social y cultural irreversible que la SEP está cometiendo contra los mexicanos y, peor aún, sin ser percibido por la mayoría.

Año con año, mes con mes, en los consejos técnicos, a los docentes se nos presiona más para reducir la reprobación de los alumnos aun sin tener los conocimientos mínimos. Ejemplo, un alumno asiste a tres clases de 30, obviamente no hizo casi ninguna actividad en clase y reprueba el examen; sin embargo, se insiste al docente en aprobarlos con cualquier trabajo extra. Porque la SEP exige reducir el números de reprobados, pero para ello no garantiza reducir los grupos de más de 50 niños, dotar con infraestructura básica las escuelas, dejar de cancelar los equipos sicopedagógicos y, menos aún, aliviar los problemas socioeconómicos que limitan al alumno; es decir, no garantiza buscar la solución al problema de la reprobación. Sólo responsabiliza por completo al docente del fracaso del alumno, sin importar las circunstancias de éste, y le exige buscar la forma de que el niño apruebe; de lo contrario, es exhibido como mal docente y se le advierte de las medidas punitivas de la SEP y de su responsabilidad en la focalización de la escuela. Resultado: reducción artificial de la reprobación y un sistema educativo fallido que certifica a millones de mexicanos con habilidades y conocimientos no adquiridos; un país que hace el ridículo en cada evaluación internacional; una sociedad con un nivel cultural y de ignorancia que da pavor, un gobierno y clase política en terrible estado de putrefacción. Estos son los logros de las reformas educativas en 23 años, incluida la de Peña Nieto.

Maestra Silvia E. Arévalo, Movimiento Magisterial Jalisciense