1. Se
                creará el sábado 16 una Nueva Central de Trabajadores
                que será autónoma, democrática y clasista. En su Convocatoria señalan de entrada:
              Las
                reformas neoliberales que azotan al país arrebatando
                soberanía y derechos sociales en medio de una mayor
                autoritarismo, nos obliga a la defensa de la nación en
                general y de su pueblo trabajador en particular. La
                combativa Insurgencia Magisterial y Popular, que se ha
                levantado a todo lo largo y ancho del país en contra de
                la mal llamada Reforma Educativa y la digna lucha de
                resistencia del Sindicato Mexicano de Electricistas que
                se extiende a lo largo de cuatro años, nos muestran el
                camino correcto de la resistencia y la rebeldía contra
                las imposiciones neoliberales. No queda otro camino que
                felicitar este nuevo ensayo social y luchar por su
                éxito.
2. He
                presenciado en los últimos 20 años la creación de por lo
                menos cinco centrales obreras unitarias de izquierda con
                la declarada participación de 50 o 100 organizaciones de
                trabajadores del campo y la ciudad. Los auditorios del
                IMSS, del SME, de los Telefonistas, de la IX de la CNTE,
                de la Cámara de Comercio, la Universidad Obrera,
                etcétera, de la ciudad de México, Atenco, Oaxaca o
                Querétaro, han sido testigos de magnos eventos
                presenciados. Cuando recuerdo sus mesas de trabajo, sus
                plenarias y reviso las luchas de las Centrales,
                Frentes, Convenciones, su fortalecimiento y sus
                resultados, no he encontrado nada o casi nada. Quizá lo
                único que ha quedado son historias, recuerdos,
                aprendizajes y algunas experiencias. La realidad es que
                todos han sido ensayos organizativos llenos de
                combatividad y voluntad.
3.
                Defiendo en la práctica, con pasión las batallas en las
                calles y los bloqueos como estrategia de lucha más
                importante para hacer retroceder a la burguesía en sus
                políticas al servicio del capital; aunque jamás se hayan
                planteado en serio el derrocamiento del gobierno
                burgués, esas confrontaciones son las que más ayudan al
                desarrollo de la conciencia de clase. Nunca he visto a
                los partidos políticos electoreros ni a los procesos
                comiciales tener algunas posibilidades de transformación
                del país en beneficio de los trabajadores, aunque
                cambien de signo o de discurso los funcionarios de
                gobierno. Por ello cada ensayo organizativo me crea
                esperanzas, contribuyo con lo que puedo para su
                desarrollo y lo vigilo. Puedo recordar los primeros
                pasos del movimiento estudiantil de 1968 y la Tendencia
                Democrática en 1971.