Bienvenidos al pasado
Cuando despertó, el
dinosaurio todavía estaba allí...’’ y volvió a devaluar. Augusto Monterroso.
Agregarle unas cuantas
palabras al cuento más breve de la literatura no le quita su lugar. Es una
paráfrasis para ubicarlo en nuestra realidad. Fue repetido millones de veces
cuando Fox llegó a Los Pinos. Supuestamente había echado al dinosaurio de
su guarida. Pronto nos dimos cuenta de que no era así. El dinosaurio sólo
se transfiguró en otro animal. Y cuando llegó Calderón tomó otra forma, pero
era el mismo. Nunca se fue. Y hoy nos hace sentir su presencia. Tenemos
devaluación, fuga de capitales, desplome del petróleo, descalabros bursátiles,
incertidumbre. Toda la sintomatología de las crisis económicas y financieras
del pasado. Ayer el peso cayó nuevamente al nivel del ‘‘nunca antes’’: $15.96
por dólar. A largo plazo es una devaluación de más de 100 mil por ciento, si
tomamos como punto de partida la de 1976.
Su toque personal
La devaluación de Peña
Nieto llega acompañada con rasgos que tuvieron las anteriores: el endeudamiento
de Echeverría; el desplome del petróleo de López Portillo; el desbarajuste
financiero de Miguel de la Madrid; el remate de empresas y recursos nacionales
de Salinas de Gortari; la fuga de capitales de Ernesto Zedillo; la corrupción
gubernamental de Fox, y la atmósfera de violencia y muerte de Calderón. Además,
Peña Nieto agrega su propio toque: la entrega de los recursos nacionales –petróleo,
gas, electricidad– al sector privado.
Fuente: La Jornada - Enrique Galván Ochoa.