Hace un año
el PRD presentó en la Cámara de Diputados una iniciativa para aumentar dos
pesos por litro el impuesto a las bebidas azucaradas; fue un cocacolazo. Pero
la propuesta de Peña Nieto era de sólo un peso y finalmente así quedó.
Se
acordó destinar una parte de los recursos provenientes del impuesto a programas
de combate a la desnutrición, a la atención y prevención de la obesidad,
así como para el acceso al agua potable en zonas rurales, en escuelas y
espacios públicos.
La Comisión de Hacienda de la nueva legislatura rebajó la
cuota a 50 centavos, gracias a los buenos oficios del PAN.
¿Bajará el precio de
los refrescos?
No, por supuesto. Subirán las utilidades de las empresas.
Son
‘‘arreglos en lo oscurito’’.
México está lejos de los primeros lugares del
índice de presupuesto abierto. Ocupa la posición número 66, como puede verse en
la gráfica, entre 102 países.
Este índice se basa en la transparencia del
presupuesto y los ciudadanos difícilmente tenemos acceso a esos acuerdos entre
partidos.
Fuente y nota completa: La Jornada - Enrique Galván Ochoa.