Habitantes de uno de los 17 núcleos ejidales asentados en las
 inmediaciones del Nevado de Toluca –“sus verdaderos dueños”, de acuerdo
 con un título expedido en 1936 por el general Lázaro Cárdenas– se 
ampararon contra el decreto emitido en octubre último por el presidente 
Enrique Peña Nieto, que convierte ese Parque Nacional en simple Área de 
Protección de Flora y Fauna. Además de inconstitucional, confirma el 
abogado de los ejidatarios, el propósito del gobierno federal es 
impulsar ahí un proyecto turístico con capital privado y beneficiar al 
Grupo Atlacomulco, cuyos integrantes llevan lustros fraguando esa idea.
 “El gobierno de Enrique Peña Nieto nos 
quiere quitar nuestras tierras y bosques del Nevado de Toluca para 
entregarlos a los inversionistas, pero no lo vamos a permitir. 
Defenderemos la tierra que nos dejó el general Lázaro Cárdenas”, afirma 
categórico don Octavio de Jesús Palma Estrada, presidente del 
comisariado ejidal de San Juan de las Huertas, comunidad que posee 2 mil
 hectáreas de bosque en esa zona montañosa.
Enfundado en una chamarra negra que lo protege del frío, don Octavio agrega indignado:
“Con su decreto presidencial, Peña Nieto le abrió las puertas a 
inversionistas en nuestras tierras. Sacó ese decreto sin consultar a los
 ejidatarios. No nos tomó en cuenta. ¡Eso no se vale! ¡Es jugar a la 
mala!”


 
 