lunes, 1 de diciembre de 2014

Peter Gabriel dedica canción a los normalistas desaparecidos


En su concierto realizado hace unos días en Bolonia, Italia, el cantautor británico Peter Gabriel dedicó una canción y unas palabras a los 43 estudiantes desaparecidos de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, en Guerrero.

A continuación el mensaje del músico de rock que circula en las redes sociales y en YouTube: Hace unas semanas hemos asistido a la tragedia de 43 estudiantes mexicanos que han sido brutalmente asesinados por haber tenido el valor de protestar contra la corrupción y la violencia.

Abundó: Esto es para todos aquellos jóvenes que han tenido el coraje de luchar por los derechos de su pueblo. Estos son los gigantes sobre cuyos hombros se levantarán nuestros hijos.

En particular, señaló, esto es para Steven Biko. Biko es una canción para el activista de la lucha antiapartheid en las décadas de 1960 y 70 en Sudáfrica.

Fuente: La Jornada.

Encima de todo, una puñalada transgénica.


En medio del luto que nos sacude a raíz de la tragedia de Ayotzinapa, sorprende la noticia de que la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) ha aprobado el libre consumo de 132 productos transgénicos, de los cuales 50 por ciento corresponde a maíz, el resto son de algodón, soya y canola, entre otros. Esto manifiesta entusiasta Alejandro Monteagudo Cuevas, director ejecutivo de AgroBio México, pues mantiene el negocio en lo que se aprueba la siembra de maíz transgénico, declaró recientemente.

Gracias a una acción colectiva se logró la suspensión de la liberación de maíz transgénico en México, con base en evidencias científicas sobre su impacto nocivo en el ambiente y la biodiversidad del maíz nativo. El futuro del maíz, ante retos de cambio climático y otros, depende de las variedades nativas mexicanas, producto del cuidado de los pueblos autóctonos y que hoy aún sustentan una parte importante de la producción nacional. La liberación de maíces transgénicos las amenaza de múltiples formas.

Parece que para compensar esta interrupción del negocio de productoras monopólicas de transgénicos, y a costa de la soberanía alimentaria y la salud de todos, el Estado aprueba el consumo de algunas más de sus líneas transgénicas. Este favor a las trasnacionales coincide con que en varios países de Europa, Asia y América rechazan los transgénicos. Es abundante la evidencia científica de los daños en la salud por su consumo, incluyendo los agrotóxicos que se usan en su cultivo.