La Filosofía es una mujer impetuosa. Busca y no cesa de interrogarse. No
delimita su territorio. Lo atraviesa todo. Su AMOR a la sabiduría no tiene
límites, interroga y explica, duda.
Usa otra relación
comunicante, reflexiona y se encuentra con el otro y con otros en esa
explicación. Esta señora noble y digna, deja escuchar sus gritos en la
búsqueda. Crea, nace y muere a la vez. Y se recrea a si misma en su
pensado viaje.
En el campo de las emociones y de las vibraciones DEBATE
conceptos y definiciones. Tensionan su cientificidad. No se abate, no
retroce, trasciende los bordes y las fronteras.
Sócrates la tomo del
brazo y disimuladamente, mediante cierta metodología enfrentó a su
discípulos ante sus ignorancias.
Por supuesto que corrumpía a los
jóvenes!, los hacia pensar, poner el oído, entre armonías, relaciones y
vínculos.
Las palabras, al decir de Rodari, tiradas en el estanque se abren
concétricamente en infinítos círculos.
La Filosofía las busca, las
provoca, las enfrenta a múltiples focos, escucha otras voces, es sangre,
es lucha e ímpetu.
No se impone como única verdad.
Ayuda, ofrece
herramientas, escucha, abre los silencios.
Nace y es infancia y cerca de
la muerte, sapienza.
Es una forma de sensibilidad cubierta de Amor.
Prof Ana María González.
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