Sofocón
Luiz Inacio Lula da Silva no ocupa
cargo alguno en el gobierno de Brasil, así que sus opiniones son personales.
Sin embargo, tienen peso en el ámbito internacional. Alguna vez Obama dijo que
Lula era el presidente más popular del mundo. Inopinadamente el brasileño le
dio un sofocón a Peña Nieto. Y eso que fue su invitado cuando echó a andar la
Cruzada contra el Hambre, en Chiapas, y, según trascendió, Lula cobró fuerte
por su asistencia y breve discurso. No es nada oculto: una firma de relaciones
públicas administra las presentaciones y conferencias a las que es invitado.
Pero, ¿y el sofocón qué? Lula anda en campaña en su país, no porque busque
promover su candidatura en la siguiente elección, sino porque le está ayudando
a su pupila, Dilma Rousseff. Ella anda volando bajo, la Copa Mundial se ha
convertido en un dolor de cabeza. Bueno, ¿pero el sofocón?
Una mentira
Con frecuencia se hacen
comparaciones de México y Brasil. Para Lula, el Mexican moment es
una mentira. ‘Todos los indicadores mexicanos son peores a los de Brasil, y lo
que se hace en materia energética sucedió en nuestro país hace 20 años. México
fue presentado como la gran novedad del siglo XXI, y que estaba mejor que
Brasil (...) pero me fui a enterar y todo es peor que acá. No hay ningún
indicador comparable a los nuestros”, dijo Lula, muy claridoso, durante un
seminario en Porto Alegre. Quiero que México crezca, pero es una mentira.
Lo que hacen mejor, nosotros ya lo hicimos con Petrobras. ¡Ouch!
¿Dónde está el dinero?
El fin de semana el Banco de
México bajó la tasa de interés a 3 por ciento. Según Reuters, es el nivel más
bajo que ha tenido en la historia. El libro de cabecera de los economistas dice
que cuando se quiere estimular la economía hay que bajar la tasa de interés. Se
supone que inducen a los bancos a que baje el costo del financiamiento a sus
clientes –tarjetas, hipotecas, préstamos personales. Sin embargo, esto nunca ha
sucedido así en México. Habrá que ver dónde se experimentan los efectos
benéficos de la decisión del banco central. Los gurús de la reivista The
Economist no la ven fácil. Opinan quelos inversionistas deberán ahora
prepararse para más revisiones a la baja de las predicciones de crecimiento
para 2014. Agrega: “ The Economist ha preguntado a empresarios
dentro y fuera de la ciudad de México si han percibido de alguna forma el
aumento en el gasto gubernamental. La respuesta es un rotundo ‘no’. Algunos
creen que el dinero está siendo retenido a modo de extorsión por parte del
gobierno para obtener apoyo para la reforma energética. Otros, más benévolos,
dicen que se está deteniendo el gasto para no herir las susceptibilidades de
los partidos de oposición antes de que voten las reformas. Cualquiera que sea
el cálculo político, la lógica económica está clara: habiendo acumulado
muchísimo dinero por la vía de impuestos, como parte de la reforma fiscal del
año pasado, el dinero necesita ser gastado para evitar el estrangulamiento de
la economía. Los mexicanos y las mexicanas deben estar esperando que tan pronto
como se apruebe la reforma energética (con suerte para finales de este mes)
habrá una bonanza de proyectos públicos. Si no, únicamente crecerá el pesimismo
sobre la habilidad del gobierno de manejar la economía”. ¡Ouch! ¡Ouch!
35 millones de dólares para el
campeón
La Copa Mundial de futbol es el
evento deportivo más visto del mundo. De acuerdo con la agencia Bloomberg, el
Mundial de 2010 en Sudáfrica se transmitió en todos y cada uno de los países y
territorios del planeta, incluyendo la Antártida y el Círculo Ártico. Lo vieron
3 mil 200 millones de personas, lo que significa 46.4 por ciento de la
población del mundo. Desde el primer Mundial, en 1930, más de 34 millones de
fanáticos han asistido a 772 partidos. En Brasil competirán 32 equipos en 64
partidos, cada uno de los cuales recibirá al menos 8 millones de dólares, y el
equipo ganador se llevará a casa 35 millones de dólares. Alemania ha prometido
a sus 23 jugadores un bono de 407 mil dólares por jugar. Eso sin contar los
ingresos que reciben de sus clubes o las federaciones de su país, la publicidad
comercial y el patrocinio de marcas.
Fuente: La Jornada - Erique Galván Ochoa.
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