Lo han acusado de actuar en la ilegalidad, de violentar el estado de derecho, de ser un exconvicto. Pero José Manuel Mireles, uno de los líderes referentes de los grupos de autodefensa de Michoacán, rechaza las imputaciones y dice a Proceso que el movimiento de resistencia surgió por el hartazgo de ser víctimas eternas del crimen organizado ante la inacción o complicidad de las autoridades. A quien llaman “el doctor de la mirada fría” invita a los habitantes de todos los municipios de ese estado a seguir su ejemplo, a “quitarse el miedo”. “No queremos a los criminales, ni siquiera a los que tienen charola, curul, poder gubernamental”, sentencia.
José Manuel Mireles Valverde,
dirigente del grupo local de autodefensa ciudadana, interrumpe
momentáneamente la entrevista con este semanario cuando le informan por
radio que los Caballeros Templarios están atacando a sus compañeros en
un paraje del municipio de Aguililla. Pide una ambulancia para recoger a
los heridos, pero el vehículo está descompuesto.
Miembros de la autodefensa llegan a las instalaciones de la empresa
ganadera a la entrada de esta población, su centro de operaciones. Al
mismo tiempo pasan por ahí dos vehículos con soldados. No se detienen.
Las autodefensas suben a sus camionetas y salen a toda velocidad para
apoyar a sus compañeros. En el radiorreceptor se escuchan voces
desesperadas de auxilio.
Es la noche del miércoles 20 –conmemoración de la Revolución
Mexicana– y los integrantes del grupo de autodefensa ciudadana de
Tepalcatepec celebran más bien la ayuda que desde cuatro días antes
empezaron a dar a los habitantes de Tancítaro, quienes decidieron
armarse y hacer frente al crimen organizado.
“El pueblo manda. Sólo el pueblo puede defender al pueblo”, sentencia
Mireles y agrega que todos están dispuestos a morir para defender a su
familia, sus propiedades y trabajos y liberarse de 12 años de estar bajo
el yugo del crimen organizado.
Mireles es uno de los coordinadores del Consejo Ciudadano de
Autodefensas y Comunitarios de Michoacán y se ha convertido en el
personaje de referencia dentro del surgimiento de esos grupos en Tierra
Caliente, la Meseta Purépecha y la Costa desde el pasado 24 de febrero.
Viaja en una camioneta negra cargada de medicamentos y su clave radial
es “Cruz Roja”.
Cirujano egresado de la Universidad Michoacana, según publicaciones
locales de 1984 a 1986 ocupó algunos cargos en el PRI local. El vocero
del gobierno michoacano, Julio Hernández lo acusó, sin presentar
pruebas, de haber estado en la cárcel de 1988 a 1992 por cargos de
siembra y cosecha de mariguana, acusaciones que el médico rechaza
tajante.
Con más de 50 años y 1.90 de estatura Mireles es conocido por los
militares como “el doctor de mirada fría”. Fuerte, con bigote tupido y
pelo cano algo crecido, no esconde su rencor contra el crimen organizado
porque, dice, fue secuestrado, a su padre le quitaron propiedades y a
varios de sus familiares los han asesinado.
Fuente: Proceso.
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