El huracán Luis Enríque.
Después del próximo fin de semana México no volverá a ser
el mismo de antes. Un ciclón devastará la República: tanto a las
familias como a las empresas. Llámenle Enrique, si quieren, por el nombre del presidente Peña, o Luis, por el del secretario de Hacienda. O una combinación de ambos: el ciclón Luis Enrique.
Van a meter la mano en la cartera de todos para que el gobierno cuente
con el mayor presupuesto de su historia. Más de 4 billones de pesos, con
los nuevos préstamos que serán contratados. La Comisión de Hacienda de
la Cámara de Diputados calcula que el viernes estará dictaminada la
nueva legislación fiscal y lista para transitar hacia el pleno, donde
pudiera haber alguna resistencia, sin embargo el PRI cuenta con los
votos necesarios para que salga adelante. Como dato cultural, éstas son
las leyes cuyos cambios serán aprobados: de ingresos de la Federación;
las de los impuestos sobre la renta, al valor agregado y especial sobre
producción y servicios; leyes federal de derechos, de coordinación
fiscal, de contabilidad gubernamental, de pensión universal y del seguro
de desempleo y de la seguridad social universal. ¿Alguien ha visto a
Gustavo Madero? Hizo el compromiso de que los panistas votarían en
contra, pero ya tiene días desaparecido del escenario. Son tiempos de maiceo… aunque sea maíz transgénico.
La nueva guerra.
La guerra de las colas es un libro escrito por
un italiano, Roger Enrico, que llegó a ser el presidente de PepsiCola.
Narra cómo su compañía libró una despiadada batalla contra CocaCola por
el favor de los consumidores. En México se está librando una segunda
guerra, sólo que ahora todas las empresas refresqueras van juntas contra
los consumidores. No quieren que nadie les toque su mercado
multimillonario. Han contratado a lobistas (si a algunos los llaman coyotes
estaremos hablando de personajes parecidos) para que convenzan a los
congresistas sobre cómo deben votar respecto del gravamen de un peso por
litro. Del lado de los consumidores está la Alianza por la Salud
Alimentaria, integrada por organizaciones sociales. ¿No falta alguien en
el campo de batalla? Sip. La secretaria de Salud, Mercedes Juan López,
ni más ni menos. Es por demás que quisiera esconderse, al final quedará
mal con las poderosas refresqueras o ante los consumidores. A ver por
cuál se decide, pero el sueldo se lo pagan los consumidores.
Aniversario de la autonomía.
Autónomo no, autonomillo sí. El Banco de México conmemora
20 años de autonomía respecto del gobierno federal. Sin embargo, el
gobernador y los vicegobernadores le deben su envidiable chamba al
presidente de la República. Y cuidan sus intereses. De otro modo,
Agustín Carstens, y los vices también, estarían cuestionando
los aumentos de impuestos que vienen porque tendrán por resultado –dicen
los expertos– un alza de precios, o inflación, como deseen llamarla. Y
el banco central es el responsable de contenerla. También cuida los
intereses de los grandes grupos financieros. Se supone que tiene
facultades para regular las comisiones que los bancos cobran a sus
clientes por sus servicios. Han desaparecido algunas, pero hay más que
antes. Es la carrera de la liebre –los bancos– contra la tortuga BdeM–,
pero sin final feliz.
Nota completa: La Jornada - Enrique Galván Ochoa.
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