Libertad a los presos políticos.
1. Me
alarma la enorme campaña también la brutal represión-
que se ha desatado contra los jóvenes (casi todos
universitarios nombrados anarquistas) por el hecho de
encabezar manifestaciones de protesta. Son esos jóvenes
en muchos países- quienes por lo menos desde hace 15
años, buscan encabezar las manifestaciones contra los
gobiernos de la burguesía. Sin los jóvenes anarquistas
nuestras manifestaciones (como la del 2 de octubre de
1913) serían un simple paseíllo diversionista acordonado
o encapsulado por decenas de miles de policías. En la
marcha del pasado dos de octubre fueron los jóvenes de
la vanguardia quienes reclamaban el paso al Zócalo y
fueron los gendarmes los que iniciaron los empujones y
el arrojo de gases lacrimógenos.
2.
Antes la burguesía en el poder (gobierno, Estado,
empresarios, medios de información) perseguía a los
comunistas, luego a los radicales y hoy a los
anarquistas. Los acusaba de ser causantes de los males
de la sociedad, pero esa clase opresora en el poder
quedó desnuda al demostrarse que la explotación, el
hambre y la opresión política que sufre el pueblo, es
causada por el sistema capitalista y un puñado de
saqueadores. Quedó claro que ejército, armada, aviación,
policías, tribunales, jueces y todo, es parte defensora
y represora del Estado; que sin ellos esa minoría
opresora sería aplastada por el pueblo trabajador que es
el 90 por ciento de los habitantes. Por ello todos los
aparatos de poder, además del PRI, PAN y demás partidos,
subsidiados por el Estado, persiguen a los anarquistas.
3. El
anarquismo tiene principios filosóficos, morales,
políticos, que a través de la práctica se han venido
construyendo durante siglos. Bakunin, Malatesta,
Kropotkin, más que teóricos fueron hombres de lucha, de
confrontaciones, de cárceles, de exilios. Reconocieron
la gran inteligencia y producción teórica de Marx, pero
le reclamaron que hablara de dictadura revolucionaria
del proletariado y del establecimiento de un Estado
proletario. Le plantearon que ese sería el origen de la
instalación de una nueva clase dominante, autoritaria y
burocrática que en nombre del proletariado, se
impondría. Los anarquistas por el contrario plantearon
la autogestión, el autogobierno, el poder directo
comunitario, las cooperativas, la inmediata distribución
de la riqueza.
4.
Puede ser larga la discusión entre marxismo y
anarquismo, pero lo importante son las prácticas
políticas. En nombre de Marx incluso falsificando su
pensamiento de socialismo para países altamente
desarrollados- se levantaron gobiernos de diferente
líneas (rusa, china, yugoslava, cubana, nicaragüense)
que se vinieron abajo o simplemente fueron sometidas por
el capitalismo. Los anarquistas no construyen Estados,
gobiernos o partidos; no asumen ningún poder, sólo han
buscado la autogestión, el autogobierno, el desarrollo
colectivo de la conciencia. Alguien preguntaría: ¿Qué
pasaría con los diputados, senadores, gobernadores,
presidentes de la República, si el pueblo se
autogobierna, si las fábricas son administradas por los
trabajadores, si la riqueza se reparte equitativamente?
5. Los anarquistas
buscan hacer posible lo imposible, son muchas veces
utopistas que buscan transformar profundamente la
realidad y luchan contra quienes son conformistas con
esa realidad que les imponen. ¿Cómo pudo la burguesía
someter a la clase obrera encuadrándola en su sistema de
explotación y dominación si ésta debía enterrarla? ¿Cómo
pudo engullir a las clases medias al sistema consumista
y de enajenación si se suponía que tendrían mejores
niveles educativos? ¿Cómo pudo dominar a los
intelectuales poniéndolos a su servicio si se supone
que leían y pensaban? La burguesía lo ha podido todo con
los gigantescos recursos políticos, económicos y
militares que posee. Pero tengo confianza de que abajo
saltará el topo, como diría Marx, que romperá la tierra.
6. La
batalla como plantean los anarquistas- hay que darla en
todos los frentes y en todos los países. Las luchas
gremiales hay que apoyarlas pero sin olvidar sus
limitaciones; las batallas locales aunque muy
concretas- por la justicia deben ser acompañadas
buscando que logren sus objetivos. Pero jamás olvidar
que sólo son pequeños eslabones que debemos romper para
que las cadenas que nos aprisionan en el mundo podamos
destruirlas. El imperialismo yanqui nos esclaviza desde
hace un siglo por lo menos; las políticas en México han
dependido de ese sometimiento; nuestros gobiernos se han
arrastrado obedeciendo órdenes y nosotros no hemos
dejado de ser temerosos ante ellos. Es tiempo de
liberarnos para ayudar a que otros lo hagan. (10/X/13).
Fuente: Pedro Echeverría V.
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