La expectativa de crecimiento
para este año se tendrá que ajustar seguramente, ya por debajo de 3 por
ciento ante el debilitamiento del consumo y la inversión privada
provocados por la reforma fiscal, sostuvo la cúpula empresarial del país.
El Instituto Nacional de
Estadística y Geografía (Inegi) indicó que la actividad económica nacional
registró un crecimiento anual de 1.35 por ciento en el primer bimestre de 2014,
su menor tasa de expansión de los últimos cinco años para un periodo similar, e
inferior a la de 1.66 por ciento observada en el mismo periodo de 2013.
En tanto, analistas financieros
estiman que el producto interno bruto (PIB) en el primer trimestre del año
podría alcanzar un incremento de entre 2.2 y 2.4 por ciento anual, considerando
que en marzo hubo un efecto favorable en las cifras de la actividad económica
por un mayor número de días laborales que en el mismo mes del año pasado.
El Centro de Estudios Económicos
del Sector Privado (Ceesp) criticó que mientras persisten señales de debilidad
en la actividad económica y hay pocas posibilidades de que la situación mejore
en los próximos meses, las autoridadesno muestran signos de preocupación y
no hay indicios de que intenten modificar su pronóstico de crecimiento de 3.9
por ciento para este año.
El organismo consideró necesario
discutir posibles adecuaciones a la política fiscal, que verdaderamente
estimulen la demanda agregada a través de una mayor inversión que genere empleo
y fortalezca la capacidad adquisitiva de las familias.
El origen de la debilidad está
en la economía interna
En su análisis semanal consideró
que la falta de reacción de las autoridades pudiera obedecer a que el gobierno
está confiado en que la aprobación de las leyes secundarias de las reformas
dará nuevo impulso a la actividad económica en la segunda mitad del año o a que
se esté esperando que haya un repunte en el ritmo de avance de la economía en
marzo, como consecuencia del efecto de Semana Santa.
No obstante, dijo que para que
dicho incremento tuviera un efecto importante en el crecimiento del primer
trimestre, debería estar por arriba de 3 por ciento, y aunque eso fuera
posible, el efecto de Semana Santa implicaría un sesgo a la baja en el
comportamiento del segundo trimestre del año.