El denominado Informe
país, que ordenó realizar el desaparecido Instituto Federal Electoral
(IFE), revela que la confianza de los ciudadanos en las instituciones no supera
la mitad de los encuestados, salvo en los casos del Ejército (62 por ciento),
los maestros (56) y las iglesias (55). En el documento, inclusive ese organismo
bajó en confiabilidad al ubicarse en octavo lugar, con 34 por ciento, por
debajo del gobierno federal (36).
A pesar de ello, la credibilidad
social en el Ejecutivo federal se desplomó, según cifras del informe, pues en
2010 alcanzó 59 por ciento, lo cual supone una caída superior a 20 puntos. Una
reducción similar es la registrada en la confianza en la policía, pues se
redujo 14 puntos, para ubicarse en 22 por ciento.
En los últimos días del IFE se
presentó un avance del documento, el cual se hizo llegar a consejeros y
partidos –la versión completa– en días pasados. En éste se advierte: El
correcto funcionamiento de un sistema democrático depende del acuerdo y apoyo
ciudadano. En consecuencia, requiere un clima de confianza social y
cooperación. Una vez más, los datos no son muy halagüeños. Uno preocupante es
el que mide la tolerancia: cuatro de cada 10 expresaron desacuerdo con puntos
de vista diferentes a los suyos.
Como parte de sus conclusiones,
el texto revela también la desconfianza en las personas, lo que se refleja en
unabajísima participación de los ciudadanos en organizaciones socialesEs
muy probable que una de las razones por las que la participación política es
limitada tenga que ver con la desconfianza de los ciudadanos entre sí y con el
gobierno.
Ante la debilidad de la
participación social en la vida comunitaria, el informe concluye que alentar
una mayor cultura ciudadana en este contexto no es tarea que dependa sólo de la
acción gubernamental, sino que se inserta en un proceso necesario de
construcción de ciudadanía, que aliente su involucramiento en problemas
nacionales.
Los habitantes no creen en
partidos y diputados
No obstante, por un lado los
mexicanos no se sienten representados, no tienen confianza en los actores clave
de la democracia ni en las instituciones teóricamente más cercanas y visibles
del Estado: los partidos políticos (19 por ciento confía mucho o algo) y los
diputados (17 por ciento confía mucho o algo).
Al abundar sobre la participación
política, el texto reconoce que la presencia de los ciudadanos en las
elecciones es inferior a la de otros países latinoamericanos, como Argentina, y
menor a la de algunas naciones europeas, como Alemania y España, aunque
ciertamente superior a la de Canadá, Reino Unido y Estados Unidos.
Sin embargo, destaca que en
México la participación electoral no riñe con otras formas de expresión y de
protesta, pues son acumulativas. A pesar de ello, del sondeo se desprende que
la mayor parte de los ciudadanos no concuerdan con expresiones como bloqueos de
calles y carreteras, pues 57 por ciento está en desacuerdo o algo en
desacuerdo. En contraste, sólo uno de cada cuatro considera que estas formas de
expresión política son válidas.
Otro vertiente del estudio alude
a la confianza en las instituciones de justicia:Quizá por la percepción de los
ciudadanos de que el Estado no es capaz de cumplir su tarea de velar por su
seguridad, 54 por ciento señaló que es más importante que la autoridad capture
a personas acusadas de cometer delitos. Sólo 44 por ciento dijo que es más
importante que las autoridades respeten los derechos humanos.
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