Causó malestar que la
Secretaría de Hacienda se reservara la facultad de asestarnos más gasolinazos si
fuera necesario, pasando por encima de su propio compromiso de que el último
sería el que aplicó el 1º de enero. Tuvo que enviar un comunicado a los medios
diciendo que, deveritas, no habrá otro… pero no renuncia a su facultad de
propinarnos más, así que las cosas quedaron igual. ¿Se le puede creer?
Simplemente recordemos que ha sucedido con otras promesas: la luz y la electricidad.
La gasolina Magna hoy cuesta 56 por ciento más que en Estados Unidos, mientras
en México los salarios son 10 veces menores. Es una política de shock para
generar más pobres y así comprarles sus votos en las elecciones que vienen. En
el mercado internacional siguen bajando tanto el petróleo como los
combustibles. También pagamos impuestos más altos, como puede verse en el
cuadro.
Fuente y nota completa: La Jornada - Enrique Galván Ochoa.
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