Pocos mexicanos pueden darse el lujo de estrenar coche. En otros países, como puede verse en la gráfica, 50 mil de cada 100 mil personas pueden hacerlo. Sobresalen los casos de Canadá y Estados Unidos. ¿Será que preferimos movernos en Metro, trolebús, moto o bicicleta? No exactamente. La aspiración es llegar a tener un coche nuevo. Sin embargo, nuestra gente no gana el dinero necesario. La última década ha sido especialmente dura para los consumidores; se extiende a través de los sexenios de Fox, Calderón y lo que va de Peña Nieto. Esa situación repercute en los fabricantes de vehículos. La producción y la exportación alcanzan niveles históricos, sin embargo, la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores reporta que la venta de vehículos, entre enero y mayo de este año, fue de 416 mil 233 unidades, 2 mil 42 menos en comparación con el mismo periodo de 2013. Los sectores con mayor caída fueron los de camiones pesados y autos compactos. Las cifras de este año son similares a las registradas entre 2003 y 2004, lo que muestra una ‘‘década perdida’’, un periodo en el que México bajó del lugar 13 al 16 en el registro mundial de venta de vehículos nuevos.
La gente percibe que las cosas
van mal
La industria rebajó su pronóstico
de ventas para este año a un millón 94 mil unidades, ‘‘un ajuste que no
habíamos tenido que hacer desde la crisis de 2009’’, dice Guillermo Treviño,
presidente de la citada asociación. Esta situación ‘‘enciende focos rojos
respecto de la economía de nuestro país, refleja la percepción del consumidor
sobre lo que llega a sus bolsillos’’. La gente percibe que las cosas no están
bien, opina a su vez el presidente de la Asociación Mexicana de la Industria
Automotriz, Eduardo Solís. Sostiene como una de las causas principales la
disminución de las expectativas de crecimiento de la economía nacional. El
sector de autos compactos es en el que más se nota el efecto de que el ingreso
disponible de las familias que podrían adquirir un vehículo nuevo se ha
lesionado y sus decisiones de compra se han pospuesto. La importación de autos
usados sigue siendo el factor estructural más relevante para la depresión del
mercado interno, pues representa 88.2% de las ventas de vehículos. La gran
mayoría se importan mediante amparos. Los jueces federales responsables de
otorgar la mayor parte de los amparos, Daniel José González y José André Nalda,
del segundo y tercer distrito de Baja California, respectivamente, fueron
reubicados en Veracruz y Guerrero, lo que constituye ‘‘un mensaje que promueve
la opacidad y la impunidad’’, pues lo que debió hacerse era proceder a
sanciones administrativas o judiciales’’.
Prudente
No quiso Peña Nieto enfrascarse
en una discusión pública con Lula da Silva. Actuó prudentemente. Lula tiene más
tablas en economía, más experiencia de gobierno, fue presidente dos periodos en
Brasil y hoy es un conferencista de talla mundial. Y posee una labia
formidable. Incluso Peña Nieto le ha pagado por venir a México, como sucedió en
el arranque de la Cruzada contra el Hambre –que intenta ser una copia del
programa Hambre Cero, del propio Lula. A la agresión verbal del brasileño –dijo
que elmexican moment es una mentira–, Peña Nieto contestó con
palabras cordiales: México no está en competencia con Brasil. Y le dejó al
Piojo Herrera la responsabilidad de cobrar la venganza cuando se enfrente a la
escuadra verde-amarilla.
¿Y el Cetes Directo?
A finales de 2010, Felipe
Calderón presentó un nuevo instrumento de ahorro, el Cetes Directo. Se pueden
invertir desde 100 pesos. Una forma segura para que los mexicanos ahorren y
ganen dinero, según Calderón. El secretario de Hacienda era Ernesto Cordero. El
Banco de México acaba de disminuir la tasa líder a 3%, arrastrando a la baja
los rendimientos de los Cetes. Ahora sólo paga 2.92% el de 28 días, pero la inflación
es mayor a 3%. O sea que el Cetes Directo no resultó tan seguro como dijo
Calderón, ni está haciendo que los pequeños inversionistas ahorren y ganen.
Fuente: La Jornada - Enrique Galván Ochoa.
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