El "presidente" EPN acaba de
cumplir año y medio en la Presidencia. En su campaña prometió –todos lo hacen,
pero él firmó el compromiso ante notario público– que mejoraría la economía de
la gente. ¿Cuál es el balance? De acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación
de la Política de Desarrollo Social (Coneval), en 2012 había 53.3 millones de
pobres, 45.5% de la población. Fue el saldo deplorable con que entregó el
gobierno Vicente Calderón. El programa estrella antipobreza de Peña Nieto
es la Cruzada contra el Hambre: ¿qué resultados ha dado? El investigador Julio
Boltvinik, de El Colegio de México, dice lo siguiente:No tenemos datos para
calcularlo de manera exacta, porque la ENIGH (Encuesta Nacional de Ingresos y
Gastos de los Hogares), con la que se calcula la pobreza, se levanta cada dos
años (en años pares). De la que se realizará entre agosto y noviembre de 2014
tendremos sus resultados en 2015. Sin embargo, Boltvinik adelanta una cifra: 3
millones 600 mil nuevos pobres se añadirán a los que había antes del gobierno
de Peña Nieto.
La fábrica de pobres
¿Cómo llego a esta cifra? Dice
Boltvinik, reconocido experto en la materia: “Tenemos la más reciente
actualización del Índice de Tendencia Laboral de la Pobreza (ITLP) del Coneval
(disponible en su página web). Es un indicador relativo (primer
trimestre de 2010 = 1) basado en la evolución de los ingresos por trabajo
captados por la ENOE (Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo) y los compara
contra el costo de los alimentos crudos. No mide la pobreza extrema, pero sí da
una idea de cómo se mueven los ingresos laborales en comparación con el costo
de los alimentos crudos. Un cálculo del incremento probable de la pobreza extrema,
usando los datos del propio Coneval, en lo que va del gobierno de Peña (hasta
febrero de este año aproximadamente) da el resultado de 3.04%, o 3.6 millones
de pobres adicionales”. Analistas de organismos internacionales, bancos
privados y las autoridades hacendarias dicen lo mismo que Boltvinik, pero con
otras palabras: la economía está en desaceleración, atonía o recesión. No les
gusta la palabra recesión. Pueden usar otras, pero el resultado es igual.
Fuente y nota completa: La Jornada - Enrique Galván Ochoa.
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