martes, 6 de mayo de 2014

México, de los países con mayor pobreza laboral y más informalidad, dice OCDE.


México es uno de los países de mayor riesgo de pobreza entre los miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y prácticamente duplica el promedio de los integrantes de ese bloque. También se encuentra entre los países de mayor pobreza laboral y con más alta tasa de empleo informal.
En México el promedio de riesgo de pobreza ha aumentado de 19 a 21 por ciento de la población, situación en la que se encuentra a la par de Israel y Turquía, cuando la incidencia entre los miembros del organismo es de entre 9 y 11 por ciento.
Tener un empleo en México no significa escapar de la pobreza, puesto que más de 18.5 por ciento de la fuerza laboral no cuenta con el ingreso suficiente para cubrir sus necesidades básicas, señala el informe Todos a bordo: haciendo posible el crecimiento incluyente, publicado este lunes por la OCDE.
Entre los miembros del organismo que agrupa a 34 de las mayores economías, el país es el que tiene el porcentaje más alto de incidencia de pobreza en el empleo; le sigue Turquía, donde la tasa es de 18 por ciento, Chile e Israel, ambos con 15 por ciento.
La pobreza en el empleo afecta a 8 por ciento de la población en edad de laborar entre los países de la OCDE.
La tasa de pobreza entre los hogares sin empleo es cinco veces mayor que la de los hogares donde por lo menos una persona trabaja. Sin embargo, la pobreza en situación de empleo sigue siendo un problema para la OCDE, con considerables diferencias entre países.
La tasa es superior a 12 por ciento en México, Chile, Israel, Japón, Turquía y Estados Unidos. En las últimas dos décadas la pobreza en el trabajo se ha intensificado al máximo para las familias con un solo jefe y para las parejas con niños y con un solo ingreso que, según cifras de 2010, tienen una tasa media de probreza de 22.7 y 18.5 por ciento, respectivamente.
La informalidad laboral es generalizada en los países en desarrollo y las economías emergentes. Este es el caso de África subsahariana, donde en promedio siete de cada 10 personas en el sector no agrícola son trabajadores informales.

Entre los países de la OCDE México y Turquía destacan en informalidad, pues entre 40 y 60 por ciento de la mano de obra trabaja sin seguridad social.
Aunque el sector informal sirve como una válvula de seguridad en los países donde el sector formal es estrecho, la informalidad laboral puede exacerbar desigualdades, pues excluye a los trabajadores de la protección social y los deja en situación de desventaja, en especial a los que tienen puestos de trabajo 3D (dirty, dangerous and demeaning: sucios, peligrosos y degradantes).
Los trabajadores informales también están expuestos a la falta de acceso a los servicios financieros y capacitación laboral, lo que perpetúa el círculo vicioso de empleos de baja productividad y pobreza, apuntó el documento de la OCDE.
La desigualdad en muchos países –ahora en su nivel más alto en décadas– debilita el crecimiento económico y el bienestar, según la OCDE.
Los ricos han acaparado abrumadoramente los beneficios del crecimiento. El ingreso promedio del 10 por ciento más rico de la población en los países de la OCDE fue de nueve veces y medio superior al del 10 por ciento más pobre en 2010, en comparación con un nivel siete veces mayor, hace 25 años, apunta el documento, y destaca que la brecha entre ricos y pobres se ha ensanchado más rápido desde la crisis financiera.


Fuente: La Jornada.

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