México es uno de los países de
mayor riesgo de pobreza entre los miembros de la Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y prácticamente duplica el
promedio de los integrantes de ese bloque. También se encuentra entre los
países de mayor pobreza laboral y con más alta tasa de empleo informal.
En México el promedio de riesgo
de pobreza ha aumentado de 19 a 21 por ciento de la población, situación en la
que se encuentra a la par de Israel y Turquía, cuando la incidencia entre los
miembros del organismo es de entre 9 y 11 por ciento.
Tener un empleo en México no
significa escapar de la pobreza, puesto que más de 18.5 por ciento de la fuerza
laboral no cuenta con el ingreso suficiente para cubrir sus necesidades
básicas, señala el informe Todos a bordo: haciendo posible el
crecimiento incluyente, publicado este lunes por la OCDE.
Entre los miembros del organismo
que agrupa a 34 de las mayores economías, el país es el que tiene el porcentaje
más alto de incidencia de pobreza en el empleo; le sigue Turquía, donde la tasa
es de 18 por ciento, Chile e Israel, ambos con 15 por ciento.
La pobreza en el empleo afecta a
8 por ciento de la población en edad de laborar entre los países de la OCDE.
La tasa de pobreza entre los
hogares sin empleo es cinco veces mayor que la de los hogares donde por lo
menos una persona trabaja. Sin embargo, la pobreza en situación de empleo sigue
siendo un problema para la OCDE, con considerables diferencias entre países.
La tasa es superior a 12 por
ciento en México, Chile, Israel, Japón, Turquía y Estados Unidos. En las
últimas dos décadas la pobreza en el trabajo se ha intensificado al máximo para
las familias con un solo jefe y para las parejas con niños y con un solo
ingreso que, según cifras de 2010, tienen una tasa media de probreza de 22.7 y
18.5 por ciento, respectivamente.
La informalidad laboral es
generalizada en los países en desarrollo y las economías emergentes. Este es el
caso de África subsahariana, donde en promedio siete de cada 10 personas en el
sector no agrícola son trabajadores informales.
Entre los países de la OCDE
México y Turquía destacan en informalidad, pues entre 40 y 60 por ciento de la
mano de obra trabaja sin seguridad social.
Aunque el sector informal sirve
como una válvula de seguridad en los países donde el sector formal es estrecho,
la informalidad laboral puede exacerbar desigualdades, pues excluye a los
trabajadores de la protección social y los deja en situación de desventaja, en
especial a los que tienen puestos de trabajo 3D (dirty, dangerous and
demeaning: sucios, peligrosos y degradantes).
Los trabajadores informales
también están expuestos a la falta de acceso a los servicios financieros y
capacitación laboral, lo que perpetúa el círculo vicioso de empleos de baja
productividad y pobreza, apuntó el documento de la OCDE.
La desigualdad en muchos países
–ahora en su nivel más alto en décadas– debilita el crecimiento económico y el
bienestar, según la OCDE.
Los ricos han acaparado
abrumadoramente los beneficios del crecimiento. El ingreso promedio del 10 por
ciento más rico de la población en los países de la OCDE fue de nueve veces y
medio superior al del 10 por ciento más pobre en 2010, en comparación con un
nivel siete veces mayor, hace 25 años, apunta el documento, y destaca que la
brecha entre ricos y pobres se ha ensanchado más rápido desde la crisis
financiera.
Fuente: La Jornada.
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