Casi toda la composición genética
del maíz que se cultiva en Estados Unidos puede rastrearse hasta Hawai, donde
también se está gestando un debate sobre la manipulación genética de los
cultivos.
Este archipiélago diminuto a 4
mil kilómetros (2 mil 500 millas) del continente más cercano es tan importante
para las empresas dedicadas al cultivo de maíz en Estados Unidos que las
principales compañías tienen ahí granjas, donde cultivan nuevas variedades,
modificadas genéticamente para creaar plantas resistentes a los insectos y la
sequía.
Sin embargo, estas mismas granjas
se han convertido en la chispa de un nuevo debate sobre la ingeniería genética
en la agricultura.
En meses recientes los condados
de Kauai y Hawai han adoptado medidas para regular los organismos modificados
genéticamente y los pesticidas que utilizan las granjas. En el condado de Maui
un grupo está reuniendo firmas para prohibir temporalmente los cultivos.
La gente está muy preocupada y,
como miembro del ayuntamiento, mi trabajo es determinar si esas preocupaciones
son válidas y tomar medidas para protegerla, dijo Gary Hooser, concejal en
Kauai.
Hooser y el resto del
ayuntamiento aprobaron una ley el año pasado, a pesar del veto del alcalde, que
obligaba a las grandes granjas a crear zonas de amortiguamiento alrededor de
sus cultivos y divulgar qué pesticidas utilizan. La ley deberá entrar en vigencia
en agosto.
Las empresas especializadas en la
producción de semillas y con operaciones en Kauai –Syngenta, Pioneer, BASF y
Agrigentics– han demandado al condado para frenar la ley, alegando que ya están
reguladas por las leyes estatales y federales, y que no hay necesidad de
establecer normas locales adicionales.
No sembramos nada más que lo que
está permitido y aprobado por las agencias reguladoras correspondientes, ya sea
la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA), la Administración de
Alimentos y Medicinas (FDA) y el Departamento de Agricultura de Estados Unidos
(USDA), dijo Mark Phillipson, director de Syngenta para asuntos corporativos en
Hawai.
En 2012, el año más reciente del
que hay datos disponibles, los cultivos de semillas en Hawai valían 217
millones de dólares, arriba de los 140 millones de 2007. Alrededor de 95 por
ciento de ellos son de maíz. En total, superan el valor de los siguientes
cultivos más grandes del estado, entre ellos las nueces de macadamia y la caña
de azúcar.
En Hawai es posible obtener de
tres a cuatro ciclos de crecimiento al año, lo que reduce drásticamente el
tiempo que se necesita para llevar un producto nuevo al mercado. Desarrollar
una nueva variedad de semilla toma alrededor de 10 a 12 ciclos de crecimiento,
dijo Phillipson. En el continente, eso podría tomar de 10 a 12 años.
Eso permite llevar al mercado
rápidamente sus híbridos más nuevos y mejores, dijo Richard McCormack, director
de operaciones en Hawai para Pioneer Hi-Bred International, que forma parte de
DuPont y tiene granjas en Kauai y Oahu.
Los genes nuevos, como los que
hacen a las plantas de maíz resistentes a la sequía o a las inundaciones, se
insertan en un laboratorio en el continente.
Una vez que las autoridades
federales aprueban nuevas variedades para la siembra, son llevadas a Hawai para
cultivarlas durante dos ciclos de crecimiento o temporadas de cultivo a fin de
ver cómo se desempeñan en un campo real. Las mejores son enviadas a otro lugar
para más pruebas.
Syngenta, por ejemplo, envía sus
mejores semillas a los campos en Missouri, Manitoba, Canadá y México para
asegurarse de que el maíz es capaz de crecer en los suelos y con las
condiciones de viento y temperaturas de estos lugares, dijo Phillipson.
Hoy día, alrededor de 90 por
ciento de todo el maíz cultivado en Estados Unidos se manipula genéticamente y
ha sido desarrollado parcialmente en Hawai. El descontento, sin embargo, ha
estado hirviendo a fuego lento. Hay poca evidencia científica que demuestre que
los cultivos de semillas manipuladas son menos seguros que los convencionales,
pero persiste la preocupación entre los consumidores, no sólo en las islas,
sino en el resto del mundo.
En Hawai los residentes también
han expresado su temor acerca de los pesticidas utilizados en el cultivo de las
plantas para producción de semillas.
El senador estatal Clarence
Nishihara pronosticó que la disputa sobre los cultivos modificados
genéticamente seguirá, en Hawai y en todo Estados Unidos.
Fuente: La Jornada.
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