‘‘Inimaginables escenarios de carnicerías’’, se dice en información desclasificada.
Las autoridades mexicanas han tratado de minimizar
los crímenes del narcotráfico –el cual opera prácticamente con total
impunidad– y la responsabilidad que tienen en el esclarecimiento y
resolución de los mismos, señala información desclasificada del
Departamento de Estado, que fue difundida por la organización no
gubernamental National Security Archive.
En los documentos se acusa a la administración del presidente Felipe
Calderón de ocultar información sobre las matanzas sistemáticas de
migrantes centroamericanos, y se denuncia la complicidad de funcionarios
gubernamentales con el crimen organizado, así como el secreto con que
se llevan a cabo los juicios contra delincuentes detenidos. Se menciona
que las investigaciones sobre la masacre de San Fernando, Tamaulipas (72
migrantes muertos), se mantiene en confidencialidad.
La dependencia estadunidense también expone el crecimiento de Los Zetas, la relación de éstos con los kaibiles, ex soldados de élite del ejército de Guatemala, y señala que su enfrentamiento con el cártel del Golfo y otras organizaciones criminales produjeron ‘‘inimaginables escenarios de carnicería’’.
En los documentos, las autoridades estadunidenses refieren que el gobierno del presidente Felipe Calderón ocultó información sobre las matanzas sistemáticas de migrantes centroamericanos. ‘‘Pese a que no es publicitado, el Ejército y la Marina han continuado hallando fosas con cadáveres. La cuenta se eleva a 196’’, subrayan.
También destacan que a partir de la masacre de San Fernando, los empresarios y comerciantes empezaron a hablar públicamente sobre la violencia y que a pesar de la inseguridad, las autoridades locales insistían en que Tamaulipas era un lugar seguro para invertir.
Se señala el intento de algunas autoridades de eludir su responsabilidad en la persecución de los crímenes cometidos por los traficantes. El gobierno (de Tamaulipas) promete que va a colaborar con el Ejército, pero enseguida puntualiza que ‘‘los cárteles son un problema del gobierno federal, que no tiene recursos para detenerlos’’, se afirma.
La dependencia estadunidense también expone el crecimiento de Los Zetas, la relación de éstos con los kaibiles, ex soldados de élite del ejército de Guatemala, y señala que su enfrentamiento con el cártel del Golfo y otras organizaciones criminales produjeron ‘‘inimaginables escenarios de carnicería’’.
San Fernando, caso emblemático
El Departamento de Estado considera la matanza de 72
migrantes centroamericanos en Tamaulipas en 2010, como un caso
emblemático de la ‘‘total impunidad’’ con la que operan los cárteles de la droga en varias regiones del país.
La información desclasificada consta de 30 cables fechados entre el
25 de agosto de 2007 y el 22 de mayo de 2012. Se trata de reportes
emitidos por la embajada de Estados Unidos en México, los consulados en
Monterrey y Matamoros, la agencia antidrogas (DEA, por sus siglas en
inglés) y el Departamento de Seguridad Interna.En los documentos, las autoridades estadunidenses refieren que el gobierno del presidente Felipe Calderón ocultó información sobre las matanzas sistemáticas de migrantes centroamericanos. ‘‘Pese a que no es publicitado, el Ejército y la Marina han continuado hallando fosas con cadáveres. La cuenta se eleva a 196’’, subrayan.
También destacan que a partir de la masacre de San Fernando, los empresarios y comerciantes empezaron a hablar públicamente sobre la violencia y que a pesar de la inseguridad, las autoridades locales insistían en que Tamaulipas era un lugar seguro para invertir.
Se señala el intento de algunas autoridades de eludir su responsabilidad en la persecución de los crímenes cometidos por los traficantes. El gobierno (de Tamaulipas) promete que va a colaborar con el Ejército, pero enseguida puntualiza que ‘‘los cárteles son un problema del gobierno federal, que no tiene recursos para detenerlos’’, se afirma.
Otro tema que se aborda es el secreto que impera en los
procesos judiciales contra los delincuentes detenidos. Por ejemplo, se
señala la aprehensión de 16 policías de San Fernando, Tamaulipas,
acusados de proteger a Los Zetas y que no se ha difundido la evolución de los cargos que se presentaron en su contra.
En 2010, el gobierno estadunidense atribuye ‘‘a la corrupción
generalizada’’ la incapacidad del Estado mexicano para resolver los
crímenes y detener la violencia de los cárteles. Destaca que tres gobernadores de Tamaulipas han sido investigados por vínculos con la delincuencia organizada.
En los cables se menciona que los agentes de migración y autoridades
locales ‘‘miran hacia otro lado y en ocasiones colaboran con los
criminales’’. Ello hace que el crimen campee a sus anchas.
También se afirma que los narcotraficantes operan con total libertad
en Durango, Tamaulipas, Coahuila y Nuevo León. Obstruyen los caminos,
toman el control de pueblos y acorralan a los soldados y fuerzas
federales que están en sus territorios. Un ejemplo de su actuación es el
asesinato de 10 jóvenes, siete de ellos menores, que regresaban a su
pueblo, Los Naranjos, Durango, después de recoger ayuda gubernamental
para educación. Un hombre vestido de soldado los obligó a parar y
después un comando los mató a tiros.
Los reportes de los funcionarios estadunidense refieren que el
abandono de las autoridades mexicanas es tal que el ‘‘impuesto’’ que
cobra el crimen se ha generalizado en las ciudades más peligrosas. Ocho
de cada 10 empresarios de Tijuana, Reynosa y Ciudad Juárez pagan
extorsiones. Solamente en la última urbe, más de 6 mil comercios
cerraron entre 2008 y 2010.
En uno de los documentos, titulado Reporte de Los Zetas, Evolución y
Expansión 2001-2009, fechado en julio de 2009, la DEA señala la
peligrosidad del grupo.
‘‘La fuerza de Los Zetas recae en su habilidad de corromper,
asesinar e intimidar, lo que les ha otorgado el poder de conducir estas
actividades a través de México’’, refiere el texto.
En otro cable, el consulado de Estados Unidos en la ciudad de
Matamoros, Tamaulipas, advierte en marzo de 2010 sobre la expansión del
conflicto entre Los Zetas y el grupo rival del cártel del Golfo por el
control de las lucrativas rutas de la droga y predicen que esa ciudad
fronteriza podría ser escenario de una confrontación en el futuro
cercano.
La embajada estadunidense estima que en 2010 el gobierno mexicano
falló en predecir la ofensiva del grupo de Los Zetas y no estuvo
preparado para enfrentar la violencia que se aproximaba.
Fuente: La Jornada.
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