Con las reglas del proceso sucesorio hechas a su medida y el grupo calderonista minimizado, Gustavo Madero avanza a paso firme hacia su reelección como presidente del PAN. Aparentemente no le hacen sombra otros posibles candidatos, como Ernesto Cordero, Gabriela Ruiz, Juan Carlos Romero Hicks o Juan Manuel Oliva. La incógnita sigue siendo Josefina Vázquez Mota, en quien cifran sus esperanzas algunos militantes blanquiazules, pero ella no ha dicho si va o no por la dirigencia panista.
Con Josefina Vázquez Mota
indecisa, Ernesto Cordero huérfano de poder y Gabriela Ruiz cooptada,
así como con Juan Carlos Romero Hicks, Juan Manuel Oliva y Héctor Larios
faltos de apoyos, Gustavo Madero perfila su reelección como presidente
del Partido Acción Nacional (PAN) con reglas de competencia ajustadas a
su proyecto.
Respaldado por el gobierno de Enrique Peña Nieto,
quien lo mantiene cautivado pese al choque por la reforma fiscal –aunque
unidos en la energética–, Madero y su equipo prevén que Vázquez Mota
desista de participar y que el conflicto se intensifique con Felipe
Calderón, tutor de Cordero.
Se va configurando un escenario de
guerra: Madero perfila como coordinador de su campaña al michoacano
Marko Cortés Mendoza, enemigo de Calderón, quien a su vez apuesta con
Cordero a la polarización de fuerzas para imponerse.
“Para uno que
polariza (Madero), otro que polariza (Cordero)”, le confesó Calderón al
senador Héctor Larios, quien por su parte adelanta que esta semana
decidirá si desiste de ser uno de los inicialmente siete aspirantes a la
presidencia del PAN. “El piso no está parejo”, se queja.
Pero
además Madero ha diseñado un plan para el manejo a su favor de los
tiempos de la elección –se separará del cargo cuando él decida y habrá
una campaña de sólo 45 días– y un esquema de alianzas que le garanticen
su reelección, con el estreno del método abierto a los 220 mil
militantes activos.
Por ejemplo, de acuerdo con información de su
equipo, Madero dejará como interina hasta la elección –prevista para el
domingo 4 de marzo– a la secretaria general del Comité Ejecutivo
Nacional (CEN), Cecilia Romero, quien se convertirá en la primera
presidenta del PAN en su historia, algo que ambiciona Vázquez Mota.
El
interinato de Romero Castillo, durante cuya gestión como comisionada
del Instituto Nacional de Migración ocurrió la matanza de 72
centroamericanos en San Fernando, Tamaulipas, no es fortuito: forma
parte del pacto de Madero con El Yunque, la organización ultraderechista
que lo ha respaldado desde 2010, cuando venció a Roberto Gil Zuarth,
otro delfín de Calderón.
Parte de ese pacto es la incorporación de
Emilio González Márquez al CEN, el 14 de octubre, y la designación de
Marco Antonio Adame como miembro del Consejo Rector del Pacto por
México, pese a perder las gubernatura de Jalisco y Morelos,
respectivamente, y en medio de escándalos de corrupción.
El
arreglo con El Yunque incluiría, según la versión de allegados a Madero,
usar la buena relación con el gobierno de Peña para enviar como cónsul
de México en Barcelona a Luis Felipe Bravo Mena, a quien también se
señaló internamente como coordinador de la campaña de Vázquez Mota.
Madero
se ufana también de tener el apoyo de todos los gobernadores panistas:
Miguel Márquez, de Guanajuato; Francisco Vega, de Baja California;
Guillermo Padrés, de Sonora; Marcos Covarrubias, de Baja California Sur,
y Rafael Moreno Valle, de Puebla, presidente de la Conferencia Nacional
de Gobernadores.
Ya desactivó, además, la candidatura de Ruiz del
Rincón, promovida por el operador electoral Jorge Manzanera Quintana y,
según información de sus allegados, le encomendó revisar los gastos que
hizo Cordero antes de ser depuesto como coordinador del grupo
parlamentario en el Senado.
“La candidatura de Gabriela nunca tomó
fuerza”, reconoció Manzanera ante su equipo, pero él también busca, por
separado, un pacto con Madero, a quien acusa de haber aprobado los
nuevos estatutos de manera ilegal: se reunió con él y algunos de sus
allegados la semana antepasada para “identificar coincidencias”.
El
encuentro se produjo en vísperas de que, el viernes 8, Manzanera
impugnara los estatutos ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de
la Federación (TEPJF), luego de que fueron aprobados por el Instituto
Federal Electoral y publicados el martes 5 en el Diario Oficial de la
Federación.
“Vamos a platicar con todos los contendientes”,
comunicó Manzanera a sus colaboradores y el reportero confirmó que ya se
reunió también con Calderón, a quien acusó de haber traicionado a Gil
Zuarth y apoyar a Madero en la elección de 2010 (Proceso 1920).
Descartada
Ruiz del Rincón y previsiblemente Larios, se cree que también desistirá
de su candidatura el exgobernador de Guanajuato Romero Hicks, de escaso
conocimiento entre la militancia, pero el sucesor de éste, Juan Manuel
Oliva, se asegura que sí se inscribirá.
“Es el único con perfil
adecuado para ser presidente nacional del PAN”, asegura Fernando Palma,
miembro del equipo de estrategia de Oliva, quien cuenta, según él, con
una estructura en cada uno de los estados y el apoyo de al menos 19
jefes estatales.
“Su ventaja es que ha sido militante de a pie:
dirigente municipal, estatal reelecto y nacional, así como gobernador y
senador. Ni Madero tiene ese perfil”, aduce Palma, miembro del CEN del
PAN de Manuel Espino, su amigo.
Fuente y nota completa: Proceso.
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