La procesión recorre la base del cerro
de La Verónica, baja hacia la calle principal y entra al templo del
Corazón Exaltación, centro sagrado hñähñú, acompañada con música de
concheros, arrieros y banda. Un amparo puede hacer la diferencia para
este pueblo, amenazado por una carretera. El recurso legal obliga a que
un magistrado del Tribunal Agrario vuelva a dictar sentencia sobre la
validez de una asamblea que aprobó el proyecto. Los pobladores de San
Francisco también conformaron un Consejo, que debe hacer el camino para
conservar el territorio, el bosque, la cultura y la lengua.
La multitud continúa su camino hacia la
Iglesia mayor, donde la fachada es cubierta por una enorme portada de
fiesta, predominantemente verde y amarilla, que recibe a los caminantes.
Bajo el techo de la iglesia se encuentra un tejido de flores, como si
la cúpula fuera una extensión del bosque que rodea al pueblo. Abundantes
adornos se derraman de las ventanas en honor a San Francisco, patrón de
Xochicuautla, quien “adora mucho a la fauna, al monte, a los animales”,
cuenta don Vicente García, habitante y hablante hñähñu. “Era de ricos,
pero se entregó al señor”, relata.
“Xochicuautla es una pueblo indígena que
cuida los bosques desde antes de la llegada de los españoles, y en sus
cuatro puntos cardinales hay santuarios sagrados muy importantes para la
cultura: los cerros de La Verónica, La Campana, La Palmita y de Santa
Cruz Ayotuxco”, expone América Morales, habitante del pueblo. Hoy este
lugar, recarga de agua del sistema Cutzamala y reserva natural estatal,
está amenazado en sus costumbres y territorio por el megaproyecto
carretero autopista Toluca-Naucalpan, promesa del hoy presidente federal
Enrique Peña Nieto cuando fue gobernador del Estado de México.
El amparo 504/2013 contra la resolución
del Magistrado del Tribunal Unitario Agrario del distrito nueve, con
sede en Toluca, interpuesto por los habitantes, puede obligar a que se
dicte una nueva sentencia sobre el paso de la carretera, que fue
ilegalmente aprobada en una asamblea de comuneros el día 14 de agosto de
2011, vigilada por un convoy de más de 600 granaderos y sin los
requerimientos que exige la Ley Agraria.
“No hubo mayoría en la asamblea. Además,
en la orden del día se habló de negociar, no de otorgar el permiso de
la carretera”, explica la abogada de Xochicuautla, Esther Goujón.
Si bien el doctor Jorge Gómez de Silva
Cano, magistrado del Tribunal Agrario, negó anteriormente la nulidad de
la asamblea, ahora debe dictar una nueva sentencia ante el amparo que
magistrados del Tribunal Colegiado del Segundo Circuito en Toluca
concedieron al pueblo.
En el año de 1951 se le concedió a los
hñähñú, por decreto presidencial, la propiedad comunal sobre un
perímetro de mil 902 hectáreas y seis áreas de tierra. “Esta propiedad
comunal sólo puede ser expropiada por fines de interés público”, dice la
abogada, pero la carretera “es de cobro, interés de una empresa
privada, así que el convenio no procede”. Además, relata, en la
asamblea hubo intimidación, pues con un volante el día anterior se dijo a
los comuneros que debían votar a favor, y si se oponían irían a la
cárcel. “Si se invalida esta asamblea se invalidan las posteriores”,
aclara Goujón.
Hay otro amparo (970/2013) contra el
gobernador Eruviel Ávila, Sistema de Autopistas, Aeropuertos, Servicios
Conexos y Auxiliares y la Secretaría de Seguridad Pública del Estado de
México por una incursión realizada el siete de agosto, en la que la
empresa Autovan SA de CV o Autopistas de Vanguardia, propiedad de
Armando Hinojosa Cantú, empresario beneficiado por Enrique Peña Nieto,
comenzó a hacer el trazo dentro del polígono de bienes comunales.
Si bien el recurso fue rechazado, el
pueblo interpuso una queja ante el Primer Tribunal Colegiado del Segundo
Circuito, el cual publicó el 10 de octubre que el amparo es fundado y
puede obligar a que se admita la queja de los habitantes. Además, se
prepara también un Procedimiento Administrativo de Impacto Ambiental.
“Es Peña Nieto”, cuestiona la abogada. “Si en el Estado de México hizo esto y violó la ley, qué no hará en todo el país”.
Consejo Supremo.
“Que se vaya a la chingada el
gobierno. Si tienen bien los papeles, ¿por qué se guardan detrás de los
granaderos?”, pregunta don Vicente, quien explica que las asambleas
generales siempre se realizaron en Xochicuautla pero con todo el pueblo.
Antes, durante las asambleas, se tocaba
la campana de la iglesia y todo mundo acudía al llamado. Al que no iba,
se pedía el favor de que se le explicara. “Éramos portavoz del pueblo”,
rememora don Vicente, “pero cuando llegaron los partidos políticos
vendedores se acabó. Ahora estamos en las tinieblas porque nos quieren
tapar los ojos”. Por ello, el 20 de octubre, los hñähñú que se oponen a
la carretera realizarán la toma de protesta de su primer Consejo Supremo
Indígena, elegido en asamblea abierta durante dos asambleas celebradas
en septiembre.
“La idea del Consejo es que encamine la
lucha para conservar el territorio, el bosque, la cultura y la lengua”,
expone José Luis Fernández, también habitante del pueblo.
Fernández detalla que las autoridades
comunales, por el reconocimiento del territorio, siempre deben existir,
pero con toda la comunidad, no sólo unos cuantos elegidos en un padrón y
un comisariado de bienes comunales, que representan con apenas con el
tres por ciento de la comunidad y se imponen con la policía.
Si pasa la carretera, los habitantes de
Xochicuautla tendrán problemas para subir a recoger hongos, leña, y
especialmente, para caminar por sus bosques tradicionales y para
peregrinar al cerro de la Campana, que será el más afectado si pasa el
proyecto.
América Morales cuenta que un día antes
de saber lo del amparo, soñó con la protección del cielo para la defensa
de su territorio. Don Vicente traza una cruz en un papel con los
lugares sagrados del pueblo, y por separado cuenta que tuvo un sueño
recientemente en el que están protegidos, y que los jóvenes vendrán a
ayudarlos.
“Para Xochi es muy importante que
proceda el amparo a nuestro favor porque así se evitará el ecocidio que
pretenden hacer. Queremos proteger, porque con el paso de la autopista
ya no tendremos acceso a nuestros lugares sagrados”, señala América.
“Nuestra cultura y ancestros nos dejaron en un buen lugar”, concluye con
una sonrisa don Vicente.
Fuente: desInformémonos.
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