Imagine a
la UNAM con el triple del presupuesto que tiene hoy, con profesores e
investigadores de primer mundo y con un número de estudiantes rechazados
sustancialmente menor al actual. Y al Poli con aulas digitales y equipo de
investigación de lo más moderno, y una réplica en Monterrey o Tijuana, la
Ciudad Politécnica del Norte. Y becas de Conacyt generosas para que nuestros
jóvenes que estudian en el extranjero no pasen hambres. (Los recursos manejados
con absoluta corrección.)
A pesar de que nos están despojando del petróleo, la
luz y el gas, México tiene dinero suficiente para realizar ese sueño, pero
quedará en eso, en sueño, porque debe pagar más de medio billón de pesos de
intereses a los prestamistas anualmente.
Es el costo financiero de una deuda cercana
a 10 billones de pesos. Ese debería ser el tope, no endeudar más al país. Urge
una reforma constitucional que imponga un límite al gobierno federal. E imponer
límites también a los estados de la República.
Fuente y nota completa: La Jornada.
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