Hasta el día de hoy, Javier Duarte, ex gobernador de
Veracruz, tiene en su haber el premio a la corrupción y al cinismo del México
contemporáneo. No hubiera podido llevar a cabo semejante hazaña sin el apoyo
del presidente Enrique Peña Nieto. Nadie puede tragarse el cuento de que
inteligencia militar, el CISEN y las áreas de inteligencia de la Embajada de
Estados Unidos en México no supieron nada. La Embajada de Estados Unidos hizo
todo un seguimiento de Duarte que entregó puntualmente al secretario de
gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong.
Una de las banderas de campaña del hoy gobernador de
Veracruz, Miguel Ángel Yunes, fue “meter a la cárcel” a Javier Duarte. Lo dijo,
una y otra vez. Era, en ese momento, la respuesta que esperaban escuchar los
electores veracruzanos. El escandaloso precedente veracruzano hizo pensar a
varios que las cosas con Miguel Ángel Yunes serían distintas a como siempre han
sido. De nueva cuenta, Veracruz no es la excepción a la regla. Al contrario,
sigue las mismas prácticas de la simulación tan nuestra. Véase si no.
1.- El gobernador Miguel Ángel Yunes Linares ha anunciado a
la opinión pública que ha ido recuperando bienes del Estado. No ha dicho,
empero, cómo ha hecho semejante odisea. ¿A cambio de qué? No hay, hasta donde
tengo conocimiento, actos de autoridad fundados y motivados que sustenten todos
y cada uno de esas “recuperaciones” de bienes, lo que abre la duda de que se
hayan generado acciones al margen del Estado de derecho. No se puede combatir
la ilegalidad con la ilegalidad. Eso parece estar pasando ahora en el Veracruz
con Yunes Linares que parece privilegiar el pragmatismo, aunque sea contrario a
la Constitución y las leyes, dejando un presumible espacio para que florezca la
impunidad disfrazada de negociación. Es como si se tratara del desencuentro de
dos cárteles del crimen organizado y no del Estado que debe jugar como el
técnico y Duarte y sus secuaces que han jugado y juegan como los rudos alejados
de todo vestigio de legalidad.
2.- La reacción personal del gobernador Yunes a las
protestas por el “gasolinazo” representaron una puesta en escena de una obra
burda que se le veían las inconsistencias argumentales e histriónicas por todos
lados. Me recuerda a Alberto Fujimori, el ex presidente de Perú, cuando salió a
“dirigir” la búsqueda de su principal asesor de seguridad, Vladimiro
Montesinos. Ambos en medios y con cámaras en tiempo real como protagonistas de
una película peor que las del célebre director de humor negro Juan Orol.
¿Casualmente? el escenario donde se desarrolló la escena de Yunes fue una de
las tiendas Chedraui, cuyos dueños son sus socios y patrocinadores. ¿Era
necesario que el gobernador hiciera el papel de policía en un clima controlado
para engañar a la sociedad como si se trata de un héroe de comic?
3.- Mientras a nivel de consumo mediático Miguel Ángel Yunes
tiene una incontinencia artística de mala factura, los verdaderos problemas
siguen ahí. De entrada, el fervor reiterado de hacer justicia, de aplicar la
ley al impresentable Javier Duarte, ha tomado un giro inesperado. Yunes Linares
ha tirado la toalla y ha permitido o aceptado una polémica- por lo que se
refiere a su constitucionalidad- “atracción” de la Procuraduría General de la
República de los presuntos delitos en que habría incurrido Duarte. La medida es
una ofensa a la inteligencia de los mexicanos. ¿Cómo se puede, por ejemplo
“atraer” las responsabilidades en que habría incurrido Duarte conforme a la ley
local de responsabilidades de los servidores públicos? Es estirar demasiado la
liga para darle un toque de verosimilitud a tan atrevida medida para dejar a
Duarte en una zona de confort, ahora sujeto a la voluntad de sus amigos, el
presidente Enrique Peña Nieto y compañía donde fue un fiel seguidor de la
conseja del priismo: “En política, el único pecado que no se perdona es la
falta de complicidad”.
4.- De igual forma, la Universidad Veracruzana, los
pensionados y jubilados del gobierno de Veracruz y los trabajadores en activo
más un largo etcétera de agraviados siguen esperando, en muchos casos más de 4
años, que la ley se cumpla. La Universidad Veracruzana está con los recursos
mínimos para trabajar. El área de ciencias que requiere del mantenimiento de
distintos seres vivos ha visto que la corrupción ha cobrado factura y dejado en
estado de inanición proyectos científicos. Los pensionados y jubilados del
gobierno de Veracruz han dejado de cobrar sus de por sí exiguas pensiones
porque Javier Duarte se llevó los fondos del Fideicomiso que- se supone- no
podía ser tocado. Y en la lógica del absurdo, miles de trabajadores en activo
del gobierno de Veracruz aparecen como morosos en el Buró de Crédito por
préstamos que ya han pagado como sucede con el caso emblemático de Intermercado
– la financiera que ofrece préstamos a tasas inferiores a las bancarias sin
tomar en cuenta el buró de crédito ni requerir fiador- en donde el gobierno les
descontó de su nómina los descuentos de los créditos a los trabajadores, pero
no los entregó jamás a la financiera en un claro acto de atraco del gobierno de
Duarte a los que menos tienen. Lo grave es que todo sigue igual con Yunes quien
da prioridad a sus socios manteniendo sin cambio ese círculo vicioso en donde
quienes tienen todo son prioridad y quienes carecen de casi todo están al final
de la lista. La coartada de Yunes: ¡llevamos un mes vamos primero resolviendo
los “centros de trabajo” (es decir sus amigos) y después veremos qué se puede
hacer!!!. Esa película ya la vimos todos con el FOBAPROA: Se salvó a los bancos
no a los deudores. Ver para creer.
Fuente: Aristegui Noticias.
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