La publicación del Programa de Manejo
de Yum Balam y dar la negativa a Península Maya Developments para construir
villas y condominios, está en manos de la Semarnat
La isla de Holbox, en Quintana
Roo, pertenece al Área Natural Protegida (ANP) Yum Balam y aún no han llegado a
ella los desarrollos turísticos de alto impacto. Es un pueblo de pescadores que
tiene 2 mil habitantes, donde la observación de aves y del paisaje junto con la
posibilidad de nadar con el tiburón ballena (inofensivo) son las principales
actividades de los visitantes. Pero para proteger adecuadamente los ecosistemas
y la biodiversidad que existen en Holbox se requiere la publicación del
Programa de Manejo del Área Natural Protegida de Yum Balam, señalaron
especialistas.
En entrevista Alejandra Serrano,
directora de la Oficina Sureste del Centro Mexicano de Derecho Ambiental
(Cemda), indicó que el programa debió haber sido publicado hace casi 20 años (6
de junio de 1994), cuando esta región y las especies que en ella se desarrollan
fueron decretadas como ANP. Dicho documento es el instrumento rector de
planeación y regulación que establece las actividades, acciones y lineamientos
para el manejo y la administración de la zona.
Llevamos 19 años de
incumplimiento. Parte de lo que ocasiona la incertidumbre en la tenencia de la
tierra es que no estén claras las reglas sobre lo que se puede y no se puede
hacer en Yum Balam, aseguró Serrano, en referencia al conflicto que existe en
Holbox, donde a principios de la semana en una asamblea ejidal se aprobó
dividir la isla en cuatro ejidos, lo que abriría las puertas al desarrollo de
La Ensenada. Ahí la empresa Península Maya Developments, asociada con la
inmobilidaria Ara, pretende construir en 92 hectáreas –la compañía se ha hecho
de 900– un complejo de 875 villas y condominios, tres hoteles, área comercial,
canales y un puerto.
El programa de manejo está listo
y sólo falta que sea publicado, pero lleva casi dos años en el cajón, de
acuerdo con Serrano. No tenerlo abre la ventana para creer que no hay
reglas y hace que las personas de fuera y las locales no entiendan que están
dentro de un ANP. En manos de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos
Naturales están tanto la publicación del programa como la negativa al proyecto.
Dado su alto valor ambiental, la
isla tiene diversas categorías ambientales además de la de ANP: sitio Ramsar
(humedales de importancia internacional), región marina prioritaria, región
terrestre prioritaria, región hidrológica prioritaria, sitio de manglar con
prioridad biológica. Además es un zona muy importante de anidación de aves
(tres especies son endémicas), reproducción de especímenes como el tiburón ballena
y el gallito de mar; es el hábitat del cangrejo bayoneta y cuenta con un
importante arrecife.
Por ello, Blanca Hernández Baños,
investigadora del Departamento de Biología Evolutiva de la Facultad de Ciencias
de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), consideró en entrevista
que de construirse en la isla de Holbox el complejo turístico, las especies de
esa región se verán en peligro.
Yum Balam tiene una extensión
territorial de 154 mil 52 hectáreas y se encuentra en el extremo norte del
municipio de Lázaro Cárdenas, Quintana Roo. Ofrece servicios ambientales tales
como la regulación climática, conservación de los ciclos hidrológicos, fijación
de nitrógeno, formación de suelo, captura de carbono, control de la erosión,
polinización de plantas, control biológico de plagas y la degradación de
desechos orgánicos.
La conservación de la belleza y
valor ambiental de Yum Balam depende, entre otras cosas, de la continuidad
funcional de los frágiles ecosistemas que la forman, como selvas, petenes,
cenotes y humedales, de acuerdo con el Programa de Manejo Ambiental, que aún no
ha sido publicado.
Para la académica de la UNAM, es
vital conservar esa zona. Es importante generar desarrollo económico y
empleos, pero a la vez se debe considerar que México es el quinto país con
mayor nivel de biodiversidad en el mundo. No sólo es el dinero; las cuestiones
biológicas también deben ser tomadas en cuenta (para aprobar esta clase de
proyectos).
Planteó la necesidad de que las
autoridades de todos los niveles de gobierno, los pobladores, la academia y la
sociedad en su conjunto se pronuncien porque se realice un estudio objetivo de
impacto ambiental de la zona a fin de corroborar la pertinencia de establecer
en esa isla un proyecto de esa magnitud.
Fuente: La Jornada.
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