"En lugar de perseguir a
los criminales han agredido a las personas que se defienden de ellos.
¿No han comprendido que nos encontramos en un 'Estado de necesidad'?",
preguntó el sacerdote.
El Ejército y el gobierno
han caído en el descrédito porque en lugar de perseguir a los criminales
agreden a las personas que se defienden de ellos, aseguró Miguel Patiño Velázquez, obispo de Apatzingán, quien exigió a las autoridades que den muestras de que quieren parar a la “máquina que asesina”.
En una carta publicada
el pasado 15 de enero, el sacerdote exigió a las autoridades, locales y
federales, acciones más eficaces en contra de los que están provocando
este caos.
A continuación, la carta íntegra del religioso:
CARTA PASTORAL del Obispo Miguel Patiño Velázquez, al pueblo de Dios
que peregrina en la diócesis de Apatzingán y demás personas de buena
voluntad
“Aunque camine por valle de tinieblas, ningún mal temeré, porque Tú vas conmigo; tu vara y tu cayado me dan seguridad” (Salmo 23,4).
Estimados hermanos y hermanas:
Los hechos recientes, de este nuevo año 2014, han llenado de
indignación a nuestro pueblo al cerciorarse de que ni los políticos ni
el gobierno dan muestras de querer solucionar el problema de Tierra
Caliente. En lugar de buscar a los criminales que dañan a la comunidad,
el ejército mexicano, por órdenes superiores, fue a desarmar a las
autodefensas de Nueva Italia y Antúnez agrediendo a la gente indefensa
con el resultado de tres hombres muertos. La situación se les salió de
control y al verse rodeados por la población comenzaron a disparar,
primero al aire y después a las personas.
Las palabras distan mucho de los hechos. Apatzingán está desde el viernes pasado hundida en el miedo y la zozobra.
La quema de carros, negocios y hasta la presidencia municipal por parte
del crimen organizado, que actuaron impunemente, mientras dos
batallones de soldados estaban acuartelados. En la autopista Apatzingán
– Nueva Italia, los enviados del crimen organizado quemaron autobuses, tráileres y camiones de carga sin que los federales ni los militares lo impidieran.
El crimen organizado sigue obligando a la gente a asistir a sus
manifestaciones, sus líderes están plenamente identificados y no hay
autoridad que los pare.
Como resultado del Acuerdo para el apoyo de la Federación a la
seguridad de Michoacán, firmado el pasado lunes, el día de ayer llegaron
a Apatzingán cientos de militares y federales con todo un despliegue de
fuerzas para integrar la policía militar. Hoy, en su presencia, el
crimen organizado quemó una farmacia en pleno centro de la ciudad,
alrededor de las 7:30 de la mañana.
El pueblo está exigiendo al gobierno que primero agarren y desarmen al crimen organizado.
El ejército y el gobierno han caído en el descrédito porque en lugar de
perseguir a los criminales han agredido a las personas que se defienden
de ellos. ¿No han comprendido que nos encontramos en un “Estado de
necesidad”?
Dietrich Bonhoeffer, líder religioso alemán que murió durante el
Nazismo, escribía a su novia desde la prisión diciéndole: “Se precisa un
concilio de todas las Iglesias… ¿Para qué? Nosotros somos conscientes
de que alguien debe consolar a las víctimas, pero también alguien debe
frenar a la máquina que asesina” (Cartas de amor desde la prisión).
Les pedimos a los políticos, al gobierno y al Secretario de
Gobernación que den a los pueblos de nuestra región signos claros de que
en realidad quieren parar a la “máquina que asesina”. La gente espera
una acción más eficaz del Estado en contra de los que están provocando
este caos.
Deseamos que la venida del Sr. Gobernador Fausto Vallejo Figueroa a
esta ciudad de Apatzingán manifieste que sí hay voluntad política de
buscar la paz anhelada.
Al pueblo de Dios que peregrina en nuestra diócesis los exhortamos a
no perder la esperanza, Dios está con nosotros y no nos deja solos en
los momentos de peligro. Sigamos orando más fervientemente por la paz,
con la confianza de que María, Reina de la Paz intercede por nosotros.
Con mi profundo cariño y oraciones por el pueblo de Dios que camina
en Tierra Caliente, tan castigado por el flagelo de la violencia absurda
y fratricida.
“¡La bondad y el amor me escoltan todos los días de mi vida!
Y habitaré en la casa del Señor a lo largo de mis días” (Salmo 23,6).
+Miguel Patiño Velázquez, msf.
Obispo de Apatzingán.
Apatzingán, Mich., 15 de Enero de 2014.Fuente: Aristegui Noticias.
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