miércoles, 11 de diciembre de 2013

Aprueban reforma energética con cambios impuestos a última hora.


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En un recinto senatorial amurallado, cercado y resguardado por miles de elementos policiacos se aprobó a la medianoche la reforma energética, con 95 votos en favor y 28 en contra, entre protestas de los senadores del PRD, que tomaron un momento la tribuna.
La mayoría PRI-PAN-Verde se impuso, dispensó trámites, aceleró otros y pasó por alto la advertencia de senadores de PRD y PT de que con esa modificación a tres artículos torales de la Constitución, el Estado cede el dominio de recursos estratégicos, como el petróleo y la electricidad, a intereses extranjeros.
A las 11 de la noche, el perredista Manuel Camacho Solís cedió su turno en tribuna al general Lázaro Cárdenas, para que su voz, en su histórico discurso sobre la expropiación petrolera, se escuchara en el recinto, reproducida desde un iPod.
Al mismo tiempo, toda la bancada perredista subió a tribuna y los senadores desplegaron una manta gigantesca, con la leyenda No a la privatización, y una pancarta igualmente enorme que decía Quien empieza comprando la Presidencia, termina vendiendo a la patria.
Entonaron el Himno Nacional. Fue otro intento por impedir que la reforma se aprobara; antes habían presentado una moción suspensiva. Es una reforma tramposa, que pone el patrimonio de la nación en bandeja de plata a las trasnacionales, advirtió el senador Benjamín Robles Montoya.
Las contradicciones
Es una contradicción entre los viejos liberales y los conservadores; es una contradicción para aquellos que ven en la riqueza del país una posibilidad de la acumulación y quienes vemos la posibilidad de la distribución del ingreso para el beneficio de la población, definió el perredista Alejandro Encinas a senadores del PRI, que los acusaron de trasnochados y de querer sólo retrasar el debate.

Como se esperaba, fue una larga discusión, que se prolongaría hasta la madrugada. La discusión en lo general llevó más de 10 horas e intervinieron 32 oradores. El coordinador del PT, Manuel Bartlett, insistió en que aprobar esa reforma es traición a la patria, pero panistas, priístas y verdes insistieron en que es la reforma energética que el país necesita, y presumieron su mayoría, ya que juntos suman 99 de los 128 senadores.
Una mayoría legislativa que les permitió introducir cambios de última hora al dictamen, que los presidentes de las comisiones de Puntos Constitucionales, Energía y Estudios Legislativos Primera, Enrique Burgos, David Penchyna y Raúl Gracia, respectivamente, aprobaron la madrugada del martes y que ocultaron hasta el final a la minoría de izquierda.
La fracción panista, a través de Raúl Gracia, presumió que es la reforma que el PAN buscó en sus 12 años de gobierno.
Uno de los negociadores de la reforma, Jorge Luis Lavalle, agregó que los panistas no hacen política en el sarcófago de las reliquias, sino pensando en el bien colectivo.
Sin embargo, el también senador del PAN, Javier Corral, anunció ante el pleno que votaría en contra, y aclaró que ninguna de las plataformas de los candidatos presidenciales, ni la de Acción Nacional, plantearon la privatización del petróleo, ni tampoco Gómez Morin.
Corral planteó que la reforma tiene una visión recaudatoria que arriesga el enfoque de los hidrocarburos nacionales. No consideran la seguridad energética del país.
Recalcó que licencia es lo mismo que concesión, y advirtió que se tapan los ojos para no ver que las empresas trasnacionales son las más depredadoras.
El senador Ernesto Ruffo dijo que votaría en contra de la reforma, en rebeldía porque desde el pacto se le impone la agenda al Congreso.
El priísta David Penchyna sostuvo que plantearon una reforma integral del sector energético, con un nuevo modelo que conjugue seguridad energética, autodeterminación y el ejercicio real, tangible, de la soberanía nacional.
Se mantiene, dijo, la prohibición de concesiones, que, quiero puntualizar, no es sinónimo de un contrato de licencia; la nación mantiene el monopolio sobre la exploración y explotación de los hidrocarburos, así como sobre la planeación y el control del sistema eléctrico nacional.
La vicecoordinadora del PRD, Dolores Padierna, denunció que además de hacer más laxo el marco de contratación para beneficio de las trasnacionales, permitirá que las mineras canadienses puedan también explotar petróleo y gas, cuando estén dentro de los yacimientos minerales que se les han concesionado.
Padierna denunció también que en esos cambios que se hicieron cuando se suspendió en la madrugada del martes la discusión del dictamen en comisiones, por una maniobra del PRI y el PAN se establece que habrá recursos del presupuesto para la Agencia Nacional de Seguridad Industrial y Protección al Ambiente del Sector de Hidrocarburos.
Se debería llamar Agencia del Verde, resaltó la perredista, en alusión que el organismo fue propuesto por la senadora del PVEM Ninfa Salinas, hija del dueño de Tv Azteca, quien tiene negocios relacionados con las energías renovables.
Padierna dijo que ello ejemplifica muy bien cómo se negoció la reforma energética, los compromisos y los pagos de favores, y exigió a la senadora Salinas que aclare cómo es que del presupuesto se va a financiar esa agencia.
Salinas no se dio por aludida, fue a tribuna, pero sólo para defender la modificación constitucional.
La senadora Layda Sansores, de Movimiento Ciudadano, acusó al presidente Enrique Peña Nieto de traición a la patria, por su abyección y su sometimiento por entregar el petróleo y la energía.
Con la tribuna tomada simbólicamente por sus compañeros perredistas, el tabasqueño Adán Augusto Hernández dijo que un fantasma ronda en el Senado, el del fascismo, el de los que van a entregar hoy el petróleo y la electricidad a Estados Unidos.
Mientras, los 3 mil 500 policías federales y del Distrito Federal seguían resguardando el edificio de Reforma e Insurgentes. Hasta fuera del pleno estaban, e impidieron a la senadora Sansores pasar mantas.

Fuente: La Jornada.

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