Desde los años 90 del siglo pasado se han concesionado 96 millones de hectáreas.
Panorámica de la mina Peñasquito, en el municipio de Mazapil,
Zacatecas, donde la empresa canadiense Golden Corp., prevé extraer 13
millones de onzas de oro en 19 años.
México se ha convertido en paraíso fiscal para las
empresas mineras de Canadá –que dominan la extracción de oro y plata en
el país–, porque éstas sólo aportan al fisco el pago de derechos sobre
concesiones, como se establece en el artículo 27 de la ley en la
materia.
En el primer año de operación esos consorcios pagan 5.70 pesos por el
uso de una hectárea; en el tercer y cuarto años de vigencia de la
concesión, ocho pesos 52 centavos. El décimo año se aplica la cuota más
elevada por usos de hectárea de 124 pesos 74 centavos.Un análisis de la industria minera, elaborado por la Comisión Nacional para la Atención de los Pueblos Indígenas, de la Secretaría de Gobernación, advierte que los canadienses han encontrado, literalmente, una mina de oro en México, por el exceso de apertura fiscal que tiene como único propósito atraer inversiones a costa del deterioro ambiental y social.
Esta situación la presenta el Frasier Institute, de Canadá, en el estudio Survey of mining companies 2011-2012, en el cual señala que de la década de los 90 del siglo pasado a la fecha se han entregado en concesión 96 millones de hectáreas para la explotación minera, y de ese total 60 por ciento lo ocupan empresas de aquel país.
México se encuentra ubicado en quinto lugar, de un total de 94 países, por su potencial minero. Y la empresa Gold Corp de Vancouver –cuyos objetivos son el descubrimiento y adquisición de yacimientos auríferos que tengan potencial de convertirse en minas de oro de gran tonelaje– pondera las ventajas de instalarse en territorio nacional:
México tiene un riesgo-país bajo y está clasificado como el cuarto en el mundo para inversiones mineras favorables; tiene estabilidad política y financiera, así como sistemas legales y contables estilo norteamericano; tiene baja tasa de impuestos y carece de regalías mineras; permite compañías extranjeras, la propiedad extranjera y la repatriación de capital; tiene fuerte apoyo gubernamental, burocrático, y el sector público para la minería cuenta con una fuerza laboral bien entrenada y experimentada, y se encuentra fácilmente disponible.
Este reconocimiento de ventajas para el desarrollo de la industria minera se manifiesta en las pingües ganancias de las compañías canadienses.
El valor anual pagado por la explotación de los metales
representa costos porcentuales insignificativos respecto de las
utilidades anuales:
Para la empresa First Majestic Silver Corp, la concesión de 4 mil
hectáreas de la mina de plata La Encantada, en Coahuila, con cuatro años
de operación a un valor anual de 17.4 pesos, representa un monto anual
pagado al erario de 68 mil 160 pesos, lo cual equivale a 0.004 por
ciento de sus utilidades brutas, estimadas en mil 464 millones 679 mil
pesos.
Con Fortuna Silver Mine Inc., la concesión de 30 mil hectáreas de la
mina de oro y plata San José, en Oaxaca, con nueve años de operación a
un valor anual de 141 pesos 76 centavos, que representa una contribución
al erario de 4 millones 252 mil 800 pesos, sólo representa 0.20 por
ciento de sus utilidades brutas, que son equivalentes a 2 mil 124
millones 636 mil pesos.
En el caso de Timmins Gold Corp., la concesión de 70 mil 986
hectáreas de la mina de oro TMM Frac. 1, en Sonora, con un año de
operación a un valor anual de 11 pesos 40 centavos, representa un monto
para el erario de 809 mil 244 pesos, cantidad equivalente a 0.039 por
ciento de sus utilidades brutas, calculadas en 2 mil millones 61 mil
pesos.
Para Starcore International Mines Ltd., la concesión de 12 mil 992
hectáreas de la mina de oro y plata San Martín, en Querétaro, con 22
años de operación a un valor anual de 249 pesos 48 centavos, representa
un monto anual pagado al erario de 3 millones 241 mil 244 pesos,
equivalentes a 0.44 por ciento de sus utilidades brutas, que totalizan
722 millones 982 mil pesos.
En el caso de Aurico Gold Inc., la concesión de 3 mil 665 hectáreas
de la mina de oro El Chanate, en Sonora, con seis años de operación a un
valor anual de 35.24 pesos, representa un monto anual pagado al erario
de 129 mil 154 pesos, que equivale a 0.013 por ciento de sus utilidades
brutas, que suman 2 mil 933 millones 388 mil pesos.
Y para Agnico-Eagle Mines Limited, la concesión de 56 mil hectáreas
de la mina de oro Pinos Altos, en Chihuahua, con cuatro años de
operación a un valor anual de 17 pesos cuatro centavos, representa un
monto pagado al erario de 954 mil 240 pesos, lo cual equivale a 0.016
por ciento de sus utilidades brutas, que alcanzan 5 mil 716 millones 177
mil pesos.
Fuente: La Jornada.
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