El FMI y el Banco Mundial: llegó
la hora del balance.
En 2014, el Banco
Mundial y el FMI
cumplirán 70 años. En octubre de
2013, mantendrán, como
habitualmente, su reunión anual en
Washington. Numerosas
organizaciones, entre las que se
encuentra el CADTM, hacen una
convocatoria conjunta para una
semana de acción contra la deuda
ilegítima y las instituciones
financieras internacionales que se
desarrollará a escala
internacional del 8 al 15 de
octubre. |1|
Este artículo vuelve a tratar el
balance de la actuación del FMI y
del Banco Mundial, y propone
alternativas para una nueva
arquitectura internacional.
Eric Toussaint
30 de septiembre de 2013
1) Desde su creación en 1944,
el Banco
Mundial (BM) y el
FMI respaldaron activamente todas
las dictaduras y todos los
regímenes corruptos aliados de
Estados Unidos.
2) Pisotean la soberanía de los Estados violando en forma flagrante el derecho de los pueblos de disponer de sí mismos, sobre todo debido a las condicionalidades que imponen. Estas condicionalidades empobrecen a la población, incrementan las desigualdades, libran al país a las transnacionales y hacen modificar las legislaciones de los Estados (reformas profundas del código de trabajo, de los códigos mineros, forestales, eliminación de los convenios colectivos, etc.) favoreciendo a los acreedores e «inversores» extranjeros.
3) A pesar de haber detectado desvíos masivos de dinero, tanto el BM como el FMI mantuvieron, e incluso aumentaron, el monto prestado a los regímenes corruptos y dictatoriales aliados a las potencias occidentales (como el emblemático caso del Congo-Zaire de Mobuto, después del informe Blumenthal de 1982)
4) Mediante su apoyo financiero, ayudaron a la dictadura de Habyarimana en Ruanda hasta el año 1992, lo que le permitió a este dictador quintuplicar los efectivos de su ejército. Las reformas económicas que impusieron en 1990 desestabilizaron el país y exacerbaron las contradicciones latentes. El régimen de Habyarimana había estado preparando un genocidio desde los años 80, que finalmente fue perpetrado a partir del 6 de abril de 1994, causando cerca de un millón de muertos entre los Tutsis y los Hutus moderados. A continuación, el Banco Mundial y el FMI exigieron a las nuevas autoridades ruandesas el pago de la deuda contraída por el régimen genocida.
5) Apoyaron otros regímenes dictatoriales del campo contrario —como el de Rumania desde 1973 hasta 1982, y el de China a partir de 1980— para debilitar a la Unión Soviética antes de su implosión en 1991.
6) Sostuvieron las peores dictaduras hasta su derrocamiento. Por ejemplo: el significativo apoyo a Suharto en Indonesia desde 1965 hasta 1998, a Marcos en Filipinas desde 1972 hasta 1986, a Ben Alí en Túnez y a Mubarak en Egipto,: hasta la expulsión de estos dictadores en 2011.
7) Sabotearon activamente algunas experiencias democráticas y progresistas: desde las de Jacobo Arbenz en Guatemala y de Mohammad Mossadegh en Irán, en la primera mitad de la década de los 50, la de João Goulart en Brasil a comienzos de los años 60, hasta la de los sandinistas en Nicaragua en los años 80, pasando por la de Salvador Allende en Chile entre 1970 y 1973. Por cierto, la lista es mucho más larga.
8) El Banco Mundial y el FMI exigen a los pueblos, víctimas de tiranos que estas mismas instituciones financian, el reembolso de las deudas odiosas contraídas por esos regímenes autoritarios y corruptos.
9) En forma similar, el Banco Mundial y el FMI exigieron a los países que habían accedido a la independencia, entre fines de los años 50 y comienzo de los 60, el reembolso de las deudas odiosas contraídas por las antiguas potencias coloniales para profundizar su colonización. En particular, ese fue el caso de Bélgica y su deuda contraída con el Banco Mundial para completar la colonización del Congo en los años 50. Recordemos que este tipo de transferencia de las deudas coloniales está prohibido por el derecho internacional.
10) En los años 60, el Banco Mundial y el FMI sostuvieron económicamente a países como la República Sudafricana del apartheid y Portugal que continuaba manteniendo bajo el yugo sus colonias en África y el Pacífico, mientras que dicho país era objeto de un boicot financiero internacional decretado por la ONU. El Banco Mundial también apoyó a un Estado que había anexado a otro por la fuerza: la anexión de Timor oriental por Indonesia en 1975.
11) En materia de medio ambiente, el Banco Mundial prosigue el desarrollo de una política productivista desastrosa para los pueblos y nefasta para la naturaleza. Sin embargo, consiguió que se le atribuyera la gestión del mercado de los permisos de contaminación.
12) El Banco Mundial financia proyectos que violan flagrantemente los derechos humanos. Entre los proyectos directamente apoyados por el Banco Mundial, se puede poner como emblemático el proyecto de «transmigración» en Indonesia (años 1970 – 1980) que tenía componentes que pueden considerarse crímenes contra la humanidad (destrucción del medio natural de poblaciones indígenas, desplazamiento forzoso de poblaciones). Recientemente, el Banco Mundial financió íntegramente la mal llamada operación de «salidas voluntarias» en la República Democrática del Congo (RDC), un plan de despidos que viola los derechos de 10.665 empleados de Gécamines, una empresa minera pública situada en la provincia de Katanga. Estos ex empleados esperan todavía el pago de sus salarios atrasados y las indemnizaciones previstas por el derecho congoleño.
13) El Banco Mundial y el FMI favorecieron el surgimiento de factores que provocaron la crisis de la deuda que estalló en 1982. Resumiendo: a) el Banco Mundial y el FMI empujaron a los países a endeudarse en unas condiciones que llevaban al sobreendeudamiento; b) presionaron, incluso forzaron, a los países a levantar los controles sobre los movimientos de capitales y sobre el cambio, acentuando la volatilidad de los capitales y facilitando de esa forma su fuga; alentaron a los países a abandonar la industrialización por sustitución de importaciones en provecho de un modelo basado en la promoción de las exportaciones.
14) Disimularon los peligros que ellos mismos habían detectado: sobreendeudamiento, crisis de pago, transferencias netas negativas…
15) Desde el estallido de la crisis en 1982, el Banco Mundial y el FMI favorecieron sistemáticamente a los acreedores y debilitaron a los deudores.
16) El Banco Mundial y el FMI recomendaron, incluso impusieron, políticas que hicieron recaer el pago de la crisis de la deuda sobre los pueblos, privilegiando al mismo tiempo a los más poderosos.
17) Estas mismas instituciones prosiguieron con la «generalización» de un modelo económico que aumenta sistemáticamente las desigualdades entre los países, y en el interior de los mismos.
18) En los años 90, el BM y el FMI, con la complicidad de los gobernantes, extendieron sus políticas de ajuste estructural a la mayoría de los países de Latinoamérica, África, Asia, y Europa central y oriental (comprendida Rusia).
19) En este último país, las privatizaciones masivas fueron realizadas en detrimento del bien común y enriquecieron de manera colosal a un puñado de oligarcas.
20) Reforzaron las grandes empresas privadas y debilitaron tanto a los poderes públicos como a los pequeños productores. Agravaron la explotación de los trabajadores y aumentaron su precariedad. Lo mismo hicieron con los pequeños productores.
21) Su retórica sobre la lucha por la reducción de la pobreza no termina de tapar una política concreta que reproduce y refuerza las propias causas de la pobreza.
22) La liberalización de los flujos de capitales que sistemáticamente estas instituciones han privilegiado, ha fomentado la evasión fiscal, la fuga de capitales y la corrupción.
23) La liberalización de los intercambios comerciales reforzó a los fuertes y aisló a los débiles. La mayor parte de pequeños y medianos productores de los países en desarrollo no pueden resistir a la competencia de las grandes empresas, ya sean del Norte o del Sur.
24) El Banco Mundial y el FMI actúan junto a la OMC, la Comisión Europea y los gobiernos cómplices para imponer una agenda radicalmente opuesta a la satisfacción de los derechos humanos fundamentales.
25) Desde que la crisis golpea a la Unión Europea, el FMI está en primera línea para imponer a las poblaciones de Grecia, Portugal, Irlanda, Chipre… unas políticas que ya fueron impuestas a las poblaciones de los países en desarrollo, a las de Europa central y oriental en los años noventa.
26) El Banco Mundial y el FMI, que pregonan la buena gobernanza en todos sus informes, abrigan en su seno comportamientos dudosos.
27) Estas dos instituciones mantienen a la mayor parte de los países en la marginalidad, a pesar de que esos países constituyen la mayoría de sus miembros, y privilegian a un puñado de gobiernos de los países ricos.
28) En resumen, el Banco Mundial y el FMI representan unos instrumentos despóticos en manos de una oligarquía internacional (unas pocas grandes potencias y sus sociedades transnacionales) que refuerza el sistema capitalista internacional, destructor de la humanidad y de la naturaleza.
29) Hay que denunciar las nefastas acciones del Banco Mundial y del FMI con el objetivo de terminar con ellas. Las deudas de las que estas instituciones reclaman su pago deben anularse y estas instituciones deben ser llevadas ante la justicia.
30) Es urgente construir una nueva arquitectura democrática internacional que favorezca una redistribución de las riquezas y apoye los esfuerzos de los pueblos en la realización de un desarrollo socialmente justo y respetuoso de la naturaleza.
2) Pisotean la soberanía de los Estados violando en forma flagrante el derecho de los pueblos de disponer de sí mismos, sobre todo debido a las condicionalidades que imponen. Estas condicionalidades empobrecen a la población, incrementan las desigualdades, libran al país a las transnacionales y hacen modificar las legislaciones de los Estados (reformas profundas del código de trabajo, de los códigos mineros, forestales, eliminación de los convenios colectivos, etc.) favoreciendo a los acreedores e «inversores» extranjeros.
3) A pesar de haber detectado desvíos masivos de dinero, tanto el BM como el FMI mantuvieron, e incluso aumentaron, el monto prestado a los regímenes corruptos y dictatoriales aliados a las potencias occidentales (como el emblemático caso del Congo-Zaire de Mobuto, después del informe Blumenthal de 1982)
4) Mediante su apoyo financiero, ayudaron a la dictadura de Habyarimana en Ruanda hasta el año 1992, lo que le permitió a este dictador quintuplicar los efectivos de su ejército. Las reformas económicas que impusieron en 1990 desestabilizaron el país y exacerbaron las contradicciones latentes. El régimen de Habyarimana había estado preparando un genocidio desde los años 80, que finalmente fue perpetrado a partir del 6 de abril de 1994, causando cerca de un millón de muertos entre los Tutsis y los Hutus moderados. A continuación, el Banco Mundial y el FMI exigieron a las nuevas autoridades ruandesas el pago de la deuda contraída por el régimen genocida.
5) Apoyaron otros regímenes dictatoriales del campo contrario —como el de Rumania desde 1973 hasta 1982, y el de China a partir de 1980— para debilitar a la Unión Soviética antes de su implosión en 1991.
6) Sostuvieron las peores dictaduras hasta su derrocamiento. Por ejemplo: el significativo apoyo a Suharto en Indonesia desde 1965 hasta 1998, a Marcos en Filipinas desde 1972 hasta 1986, a Ben Alí en Túnez y a Mubarak en Egipto,: hasta la expulsión de estos dictadores en 2011.
7) Sabotearon activamente algunas experiencias democráticas y progresistas: desde las de Jacobo Arbenz en Guatemala y de Mohammad Mossadegh en Irán, en la primera mitad de la década de los 50, la de João Goulart en Brasil a comienzos de los años 60, hasta la de los sandinistas en Nicaragua en los años 80, pasando por la de Salvador Allende en Chile entre 1970 y 1973. Por cierto, la lista es mucho más larga.
8) El Banco Mundial y el FMI exigen a los pueblos, víctimas de tiranos que estas mismas instituciones financian, el reembolso de las deudas odiosas contraídas por esos regímenes autoritarios y corruptos.
9) En forma similar, el Banco Mundial y el FMI exigieron a los países que habían accedido a la independencia, entre fines de los años 50 y comienzo de los 60, el reembolso de las deudas odiosas contraídas por las antiguas potencias coloniales para profundizar su colonización. En particular, ese fue el caso de Bélgica y su deuda contraída con el Banco Mundial para completar la colonización del Congo en los años 50. Recordemos que este tipo de transferencia de las deudas coloniales está prohibido por el derecho internacional.
10) En los años 60, el Banco Mundial y el FMI sostuvieron económicamente a países como la República Sudafricana del apartheid y Portugal que continuaba manteniendo bajo el yugo sus colonias en África y el Pacífico, mientras que dicho país era objeto de un boicot financiero internacional decretado por la ONU. El Banco Mundial también apoyó a un Estado que había anexado a otro por la fuerza: la anexión de Timor oriental por Indonesia en 1975.
11) En materia de medio ambiente, el Banco Mundial prosigue el desarrollo de una política productivista desastrosa para los pueblos y nefasta para la naturaleza. Sin embargo, consiguió que se le atribuyera la gestión del mercado de los permisos de contaminación.
12) El Banco Mundial financia proyectos que violan flagrantemente los derechos humanos. Entre los proyectos directamente apoyados por el Banco Mundial, se puede poner como emblemático el proyecto de «transmigración» en Indonesia (años 1970 – 1980) que tenía componentes que pueden considerarse crímenes contra la humanidad (destrucción del medio natural de poblaciones indígenas, desplazamiento forzoso de poblaciones). Recientemente, el Banco Mundial financió íntegramente la mal llamada operación de «salidas voluntarias» en la República Democrática del Congo (RDC), un plan de despidos que viola los derechos de 10.665 empleados de Gécamines, una empresa minera pública situada en la provincia de Katanga. Estos ex empleados esperan todavía el pago de sus salarios atrasados y las indemnizaciones previstas por el derecho congoleño.
13) El Banco Mundial y el FMI favorecieron el surgimiento de factores que provocaron la crisis de la deuda que estalló en 1982. Resumiendo: a) el Banco Mundial y el FMI empujaron a los países a endeudarse en unas condiciones que llevaban al sobreendeudamiento; b) presionaron, incluso forzaron, a los países a levantar los controles sobre los movimientos de capitales y sobre el cambio, acentuando la volatilidad de los capitales y facilitando de esa forma su fuga; alentaron a los países a abandonar la industrialización por sustitución de importaciones en provecho de un modelo basado en la promoción de las exportaciones.
14) Disimularon los peligros que ellos mismos habían detectado: sobreendeudamiento, crisis de pago, transferencias netas negativas…
15) Desde el estallido de la crisis en 1982, el Banco Mundial y el FMI favorecieron sistemáticamente a los acreedores y debilitaron a los deudores.
16) El Banco Mundial y el FMI recomendaron, incluso impusieron, políticas que hicieron recaer el pago de la crisis de la deuda sobre los pueblos, privilegiando al mismo tiempo a los más poderosos.
17) Estas mismas instituciones prosiguieron con la «generalización» de un modelo económico que aumenta sistemáticamente las desigualdades entre los países, y en el interior de los mismos.
18) En los años 90, el BM y el FMI, con la complicidad de los gobernantes, extendieron sus políticas de ajuste estructural a la mayoría de los países de Latinoamérica, África, Asia, y Europa central y oriental (comprendida Rusia).
19) En este último país, las privatizaciones masivas fueron realizadas en detrimento del bien común y enriquecieron de manera colosal a un puñado de oligarcas.
20) Reforzaron las grandes empresas privadas y debilitaron tanto a los poderes públicos como a los pequeños productores. Agravaron la explotación de los trabajadores y aumentaron su precariedad. Lo mismo hicieron con los pequeños productores.
21) Su retórica sobre la lucha por la reducción de la pobreza no termina de tapar una política concreta que reproduce y refuerza las propias causas de la pobreza.
22) La liberalización de los flujos de capitales que sistemáticamente estas instituciones han privilegiado, ha fomentado la evasión fiscal, la fuga de capitales y la corrupción.
23) La liberalización de los intercambios comerciales reforzó a los fuertes y aisló a los débiles. La mayor parte de pequeños y medianos productores de los países en desarrollo no pueden resistir a la competencia de las grandes empresas, ya sean del Norte o del Sur.
24) El Banco Mundial y el FMI actúan junto a la OMC, la Comisión Europea y los gobiernos cómplices para imponer una agenda radicalmente opuesta a la satisfacción de los derechos humanos fundamentales.
25) Desde que la crisis golpea a la Unión Europea, el FMI está en primera línea para imponer a las poblaciones de Grecia, Portugal, Irlanda, Chipre… unas políticas que ya fueron impuestas a las poblaciones de los países en desarrollo, a las de Europa central y oriental en los años noventa.
26) El Banco Mundial y el FMI, que pregonan la buena gobernanza en todos sus informes, abrigan en su seno comportamientos dudosos.
27) Estas dos instituciones mantienen a la mayor parte de los países en la marginalidad, a pesar de que esos países constituyen la mayoría de sus miembros, y privilegian a un puñado de gobiernos de los países ricos.
28) En resumen, el Banco Mundial y el FMI representan unos instrumentos despóticos en manos de una oligarquía internacional (unas pocas grandes potencias y sus sociedades transnacionales) que refuerza el sistema capitalista internacional, destructor de la humanidad y de la naturaleza.
29) Hay que denunciar las nefastas acciones del Banco Mundial y del FMI con el objetivo de terminar con ellas. Las deudas de las que estas instituciones reclaman su pago deben anularse y estas instituciones deben ser llevadas ante la justicia.
30) Es urgente construir una nueva arquitectura democrática internacional que favorezca una redistribución de las riquezas y apoye los esfuerzos de los pueblos en la realización de un desarrollo socialmente justo y respetuoso de la naturaleza.
Construir una nueva
arquitectura internacional
Se debe optar por propuestas
que redefinan radicalmente las
bases de la arquitectura
internacional (misiones,
funcionamiento…) Tomemos, por
ejemplo, la OMC, El FMI y el Banco
Mundial.
La nueva OMC debería tener como
objetivo, en el ámbito comercial,
garantizar la ejecución de una
serie de pactos internacionales
fundamentales, comenzando por la
Declaración Universal de los
derechos humanos y todos los
tratados fundamentales en materia
de derechos humanos (individuales
y colectivos) y de la naturaleza.
Su funcionamiento debería ser
supervisar y reglamentar el
comercio de manera que sea
rigurosamente conforme a las
normas sociales (convenciones de
la Organización Internacional del
Trabajo – OIT) y del medio
ambiente. Esta definición se opone
de manera frontal a los actuales
objetivos de la OMC. Pero,
evidentemente, esta demanda
implica una estricta separación de
poderes: está fuera de lugar que
la OMC, como cualquier otra
organización, posea en su seno su
propio tribunal. Por lo tanto, hay
que suprimir el Órgano de solución
de diferencias.
La organización que reemplazará
al Banco Mundial debería estar
ampliamente regionalizada (varios
bancos del Sur podrían estar
vinculados entre sí), tendría por
función otorgar préstamos a un
interés muy bajo o nulo, y
donaciones, que sólo podrían darse
si se utilizaran bajo el respeto
riguroso de las normas sociales y
ambientales y, más generalmente,
de los derechos humanos
fundamentales. Contrariamente al
Banco Mundial actual, el nuevo
banco, necesario para nuestro
mundo, no buscaría representar los
intereses de los acreedores e
imponer a los deudores un
comportamiento sumiso frente al
mercado rey, puesto que tendría
como misión prioritaria defender
los intereses de los pueblos que
reciben los préstamos y las
donaciones.
En cuanto al nuevo FMI, debería
remitirse a una parte de su
mandato para garantizar la
estabilidad de las monedas, luchar
contra la especulación, controlar
los movimientos de capitales,
actuar para prohibir los paraísos
fiscales y el fraude fiscal. Para
alcanzar este objetivo, podría
contribuir con las autoridades y
los fondos monetarios regionales a
la colecta de diversos impuestos
internacionales.
Todas estas alternativas
requieren la elaboración de una
arquitectura mundial coherente,
jerarquizada y dotada de una
división de poderes. La piedra
angular podría ser la ONU, siempre
y cuando su Asamblea General se
convierta en una verdadera
instancia de decisión. Esta
condición implica la supresión del
estatuto de miembro permanente del
Consejo de Seguridad y por
consiguiente del derecho de veto.
La Asamblea general podría delegar
misiones específicas en organismos
ad hoc.
Otra cuestión que todavía hay
que debatir, mucho y en todos
lados, es la de un dispositivo
internacional de derecho, de un
poder judicial internacional
(independiente de otras instancias
de poder internacional), que
complete el actual dispositivo
constituido principalmente por el
Tribunal Internacional de la Haya
y el Tribunal Penal Internacional.
Con la ofensiva neoliberal de los
últimos treinta años, la ley del
comercio fue dominando, en forma
progresiva, el derecho público.
Instituciones internacionales como
la OMC y el Banco Mundial
funcionan con su propio órgano de
justicia: el Órgano de solución de
diferencias en el seno de la OMC y
el CIADI
en el Banco Mundial cuyo papel ha
aumentado desmesuradamente. La
Carta de las Naciones Unidas es
violada regularmente por los
miembros permanentes de su Consejo
de Seguridad. Se crean nuevos
espacios «sin derecho» —los
prisioneros sin derecho
encarcelados en Guantánamo por
Estados Unidos—. Este país después
de haber recusado el Tribunal
Internacional de La Haya (en el
que fue condenado en 1985 por una
agresión a Nicaragua), rechazan el
Tribunal Penal Internacional. Todo
esto es extremadamente preocupante
y requiere urgentemente
iniciativas para completar un
dispositivo internacional de
derecho.
Mientras tanto, es
necesario que instituciones como
el Banco Mundial y el FMI tengan
la obligación de rendir cuentas
ante la justicia de
jurisdicciones nacionales, |2|
que se exija la anulación de las
deudas que reclaman y que se
actúe para impedir la aplicación
de políticas nefastas que estas
instituciones recomiendan o
imponen.
Traducido por Griselda
Piñero y Raúl Quiroz
notes articles:
|1| Véase: http://cadtm.org/Semaine- globale-d-...
|2| Hasta
ahora, no existe una jurisdicción
internacional competente para
juzgar los crímenes del Banco
Mundial y del FMI
infos article
URL: http://www.cadtm.org
URL: http://www.cadtm.org
Éric Toussaint, doctor
en ciencias políticas por la
Universidad de Lieja y de París
VIII, presidente del CADTM Bélgica
(Comité para la anulación de la
deuda del Tercer Mundo, www.cadtm.org).
Es autor de Banco Mundial.El
golpe de Estado permanente,
El Viejo Topo, Mataró (Barcelona),
2007. La versión francesa se puede
descargar de: http://cadtm.org/Banque- mondiale-le...
Su última obra: Procès d’un
homme exemplaire, Edition Al
Dante, Marseille, septiembre de
2013. Es coautor junto a Damien
Millet de 60 Preguntas, 60
Respuestas sobre la deuda, el
FMI y el Banco Mundial,
Icaria editorial, Barcelona, 2009;
La deuda o la vida, Icaria
editorial, Barcelona, 2011. Premio
del libro político otorgado por la
Feria del libro político de Lieja.
http://www.cadtm.org/Le-CADTM- recoi....
Vease tambien: Eric Toussaint,
tesis de doctorado en ciencias
políticas, presentada en 2004, en
las universidades de Lieja y de
Paris VIII: « Enjeux politiques de
l’action de la Banque mondiale et
du Fonds monétaire international
envers le tiers-monde », http://cadtm.org/Enjeux- politiques-...
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