Pronunciamiento y plan de acción de la tercera Asamblea Interuniversitaria
24 de octubre 2014, Facultad de Ciencias UNAM, México, D. F.
24 de octubre 2014, Facultad de Ciencias UNAM, México, D. F.
Al pueblo de México.
A los estudiantes del país.
Estudiantes de más de 80 escuelas de la ciudad de México y otros estados, proponemos a los estudiantes del país discutir en asambleas el contenido y propuestas de este texto, en el marco de la lucha por la presentación con vida de nuestros 43 compañeros normalistas y por el castigo a los culpables de este crimen de estado.
Las últimas semanas han trastocado profundamente la vida nacional. Nosotros los estudiantes queremos señalar que la masacre contra Ayotzinapa es un crimen de estado, una muestra de la profunda putrefacción de las instituciones políticas en el país. La violencia y la miseria generalizadas en el territorio y entre la población, como lo muestra el caso de Tlatlaya, exhibe que este caso no es aislado, y la responsabilidad de esta tragedia nacional está en los tres niveles de gobierno.
Es importante ubicar que el gobierno, ante la presión popular, ha cambiado sus explicaciones mostrando la debilidad e incredibilidad de sus argumentos: En un primer momento intentó enmarcar los hechos relacionándolos únicamente con el narcotráfico, luego saltó a acusar al presidente municipal hasta llegar, ahora, a la renuncia de Ángel Aguirre. Sin duda, la caída del gobernador puede concebirse como una conquista de la movilización y la organización popular, pero no puede dejar de reconocerse que el gobierno federal buscará deshacerse del peso del descontento popular, en donde uno de los motores primordiales es el impulso estudiantil.
Somos millones los que hemos dejado de creer que México es un país democrático con un sistema de justicia eficaz; la violencia y la manipulación son pilares centrales sobre los que el gobierno actual opera. El caso de Ayotzinapa es una muestra brutal de hasta dónde están dispuestos a llegar los poderosos para conservar sus privilegios.
Como explican los compañeros de la normal de Ayotzinapa, el ataque en su contra se inscribe no sólo en un ambiente de violencia generalizada y criminalización de la protesta y la disidencia social, sino también en una estrategia del gobierno contra la educación pública y de manera particular contra el proyecto de las Normales Rurales.
El corto e intenso periodo de aprobación de las reformas estructurales dan cuenta de un panorama de ataque a las clases populares que representa un profundo retroceso histórico, y que sin lugar a dudas ha acumulado descontento ante el autoritarismo creciente y las políticas de miseria que han sumido al país en una terrible crisis social.
Al mismo tiempo, la respuesta de descontento y movilización ante el caso de Ayotzinapa muestran el profundo hartazgo que recorre a nuestra sociedad, de manera particular a la juventud, y se traduce en una crisis de legitimidad para las instituciones de todos los niveles; es una prueba más que evidencia la crisis política del gobierno que, ante la falta de consenso y convencimiento, implementa la fuerza, el autoritarismo y una política de muerte.
Es en este sentido que denunciamos el acoso que el gobierno ejerce sobre luchadores sociales y en especial contra estudiantes de todo el país que han decidido manifestarse y organizarse. Denunciamos con preocupación la reactivación de los grupos porriles en diferentes instituciones de educación media superior y superior, quienes con violencia han intentado impedir la realización de los paros estudiantiles en algunos planteles; rechazamos enérgicamente sus pretensiones de sumarse a la vida política de las escuelas y exigimos su desaparición.