A nivel federal, muy poco han dicho las autoridades; a nivel estatal, nada se ha informado del avión que salió del aeropuerto Juan Guillermo Villasana, de Pachuca, Hidalgo, el jueves 5 de junio al filo de las 19:28, que llegó a Mérida a las 21:00 y salió tras llenar completamente su tanque de combustible.
Personal del Ejército venezolano lo reporta como derribado a las 10:21 de la mañana del día 6, al poniente de su territorio; es decir, habrá que suponer que la nave habría sido derribada entre la medianoche del jueves y las primeras horas del viernes. De sus pasajeros, en número e identidad, nada se sabe. Se trata del tercer hecho de este tipo en los últimos meses, y en todos los casos el derribe ha ocurrido en el estado de Apure, Venezuela, en sus colindancias con Colombia.
Hasta la tarde-noche de este domingo 15 no se sabía con exactitud cómo ocurrieron los hechos, ni si hay mexicanos -incluso hidalguenses, tomando en cuenta su punto de salida- vinculados con alguna responsabilidad.
Hasta ahora, las autoridades locales responsables de la aeronáutica doméstica nada han manifestado sobre el particular, sobre todo si se toma en cuenta el destino final de la aeronave tipo Hawker, propiedad de la empresa JetNet, con matrícula estadunidense N-770PJ.
Al abundar sobre el tema, se dijo que la aeronave, al salir del aeropuerto Manuel Crescencio Rejón, en Mérida, se dirigía a Kaua, en Chichén Itzá; sin embargo, apenas a tres millas de distancia se perdió cualquier contacto posible con la nave.
Por el delito de robo , el copiloto Eduardo Alberto Romero presentó la denuncia ante la fiscalía investigadora en el estado de Yucatán. Según el denunciante, la desaparición ocurrió la noche del viernes, pero la fotografía del aparato derribado en Apure y publicada en Twitter por el jefe del Comando Estratégico Operacional del Ejército Venezolano, general Vladimir Padrino, registra a las 10:21 de la mañana del viernes 6 de junio en Venezuela (08:21, hora de México).
Al abundar sobre el tema, el diario El Nacional de Venezuela destacó que “fuentes de inteligencia señalaron que ese bimotor estaba en poder de operadores del cártel de Sinaloa, quienes desde finales de 2013 intentaban sacar los cargamentos de cocaína almacenados en el estado venezolano fronterizo con Colombia”.
Hay que recordar que en noviembre de 2013 se reportó el derribe, también en el estado de Apure en Venezuela, de una nave que había salido de Querétaro procedente de Monterrey, Nuevo León. Entonces, el presidente Nicolás Maduro reprochó al gobierno mexicano que solicitara explicaciones sobre narcotraficantes, pues aseguró que dicho avión estaba “full” (lleno) de drogas.
Apenas en mayo pasado se reportó el robo de una avioneta, marca Beechcraft Super King Air, a un empresario poblano que recién la había adquirido en una subasta de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. La nave partió del aeródromo de Atlixco, Puebla, posteriormente se reportó como derribada al introducirse al espacio aéreo de Venezuela, en las inmediaciones del estado de Apure.
Esta cadena de hechos similares, hoy adquiere especial relevancia porque la última nave derribada en territorio venezolano partió de suelo hidalguense, de un aeropuerto con casi nulo movimiento, y el que sólo se sabe es ocupado eventualmente por el equipo de futbol Pachuca para trasladar a sus jugadores y por un conocido y acaudalado empresario de la familia del actual procurador de la República.
Y justo por el origen hidalguense del licenciado Jesús Murillo y del secretario de Gobernación, Miguel Osorio, y además, por supuesto, por la natural inquietud de mucha gente en estas épocas, a pesar del combate de nuestras autoridades federales al crimen organizado en estados como Tamaulipas, Guerrero y Michoacán, es necesario que la autoridad informe sobre este asunto.
¿Quiénes viajaban en la aeronave, y de dónde y cuándo llegaron a Hidalgo? Esas serían dos de las principales dudas. Ahora: ¿es el primer vuelo de este tipo, o son más bien frecuentes? (aunque esta vez trascendió por el complicado final). En fin, dudas interesantes por aclarar.
*Egresado de la UNAM como licenciado en Derecho y Diplomado por el Instituto de Administración Pública de Querétaro y por la Universidad Iberoamericana en Políticas Públicas.
Fuente: Los Ángeles Press.
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