jueves, 5 de junio de 2014

Hace 19 años se debió declarar área protegida la isla de Holbox.

La publicación del Programa de Manejo de Yum Balam y dar la negativa a Península Maya Developments para construir villas y condominios, está en manos de la Semarnat

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La isla de Holbox, en Quintana Roo, pertenece al Área Natural Protegida (ANP) Yum Balam y aún no han llegado a ella los desarrollos turísticos de alto impacto. Es un pueblo de pescadores que tiene 2 mil habitantes, donde la observación de aves y del paisaje junto con la posibilidad de nadar con el tiburón ballena (inofensivo) son las principales actividades de los visitantes. Pero para proteger adecuadamente los ecosistemas y la biodiversidad que existen en Holbox se requiere la publicación del Programa de Manejo del Área Natural Protegida de Yum Balam, señalaron especialistas.
En entrevista Alejandra Serrano, directora de la Oficina Sureste del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda), indicó que el programa debió haber sido publicado hace casi 20 años (6 de junio de 1994), cuando esta región y las especies que en ella se desarrollan fueron decretadas como ANP. Dicho documento es el instrumento rector de planeación y regulación que establece las actividades, acciones y lineamientos para el manejo y la administración de la zona.
Llevamos 19 años de incumplimiento. Parte de lo que ocasiona la incertidumbre en la tenencia de la tierra es que no estén claras las reglas sobre lo que se puede y no se puede hacer en Yum Balam, aseguró Serrano, en referencia al conflicto que existe en Holbox, donde a principios de la semana en una asamblea ejidal se aprobó dividir la isla en cuatro ejidos, lo que abriría las puertas al desarrollo de La Ensenada. Ahí la empresa Península Maya Developments, asociada con la inmobilidaria Ara, pretende construir en 92 hectáreas –la compañía se ha hecho de 900– un complejo de 875 villas y condominios, tres hoteles, área comercial, canales y un puerto.
El programa de manejo está listo y sólo falta que sea publicado, pero lleva casi dos años en el cajón, de acuerdo con Serrano. No tenerlo abre la ventana para creer que no hay reglas y hace que las personas de fuera y las locales no entiendan que están dentro de un ANP. En manos de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales están tanto la publicación del programa como la negativa al proyecto.

Dado su alto valor ambiental, la isla tiene diversas categorías ambientales además de la de ANP: sitio Ramsar (humedales de importancia internacional), región marina prioritaria, región terrestre prioritaria, región hidrológica prioritaria, sitio de manglar con prioridad biológica. Además es un zona muy importante de anidación de aves (tres especies son endémicas), reproducción de especímenes como el tiburón ballena y el gallito de mar; es el hábitat del cangrejo bayoneta y cuenta con un importante arrecife.
Por ello, Blanca Hernández Baños, investigadora del Departamento de Biología Evolutiva de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), consideró en entrevista que de construirse en la isla de Holbox el complejo turístico, las especies de esa región se verán en peligro.
Yum Balam tiene una extensión territorial de 154 mil 52 hectáreas y se encuentra en el extremo norte del municipio de Lázaro Cárdenas, Quintana Roo. Ofrece servicios ambientales tales como la regulación climática, conservación de los ciclos hidrológicos, fijación de nitrógeno, formación de suelo, captura de carbono, control de la erosión, polinización de plantas, control biológico de plagas y la degradación de desechos orgánicos.
La conservación de la belleza y valor ambiental de Yum Balam depende, entre otras cosas, de la continuidad funcional de los frágiles ecosistemas que la forman, como selvas, petenes, cenotes y humedales, de acuerdo con el Programa de Manejo Ambiental, que aún no ha sido publicado.
Para la académica de la UNAM, es vital conservar esa zona. Es importante generar desarrollo económico y empleos, pero a la vez se debe considerar que México es el quinto país con mayor nivel de biodiversidad en el mundo. No sólo es el dinero; las cuestiones biológicas también deben ser tomadas en cuenta (para aprobar esta clase de proyectos).

Planteó la necesidad de que las autoridades de todos los niveles de gobierno, los pobladores, la academia y la sociedad en su conjunto se pronuncien porque se realice un estudio objetivo de impacto ambiental de la zona a fin de corroborar la pertinencia de establecer en esa isla un proyecto de esa magnitud.

Fuente: La Jornada.

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